1
Radio, historietas, cine, en ajenas y propias invensiones que se armaban, casi solas en el patio de tierra del fondo, junto a la higuera, al gallinero, la cucha del Negro y la cocinita.
En Villa Pueyrredón.
Alli pasabamos todo el tiempo en que estabamos en casa.
Todas esas cosas fueron recursos verdaderos, fuentes y usinas que sostuvieron a este chico que se creyo muchas veces solo.
Con eso, hoy parece, se lograron momentos felices y plenos.
Inventaba o recordaba algun partido escuchado, Lalo Pelliccialli era el eje sonoro de la acción.
Algun viejo Grafico, ayudaba a que se mezclaran Zito la “bordadora”, con la “Fiera” Bernabe, con el “charro” Moreno y “Adolfo” Pedernera, a veces Boca ponia, por intermedio de alguna olvidada y vieja figurita , a Tesorieri en el arco.
Los comentarios tambien se hacia con mi voz y lo que yo crei la forma de ver y pensar de Daniel Frascara y otras veces de Boroccoto.
Alli en el fondo estaba lo mejor del fobal que yo habia visto solamente atravez de la radio, en El Grafico, y por esas tarde de domingos bajo la higuera soñando con la cancha de San Lorenzo, cuando miles de pañuelos saludaban al campeon
Como seria realmente todo eso?
La caja de zapatos, donde se armó mi primer biografo, bajo la mesa de la cocina.
Algun reflejo de luz, un espejo, con el que Papá se afeitaba en el patio.
Y alli estaban en la pantalla de plata en el interior de la caja, que era una suerte de escenario, todas las proyecciones de cintas que en la mayoria de los casos no habia visto nunca y que conocia por los comentarios de la radio, algo de Radiolandia y algo de El Mundo.
Alli se mezclaba un poco las peliculas de los cines con las adaptaciones libres de Alfredo Lima, asi lo anunciaba la radio que se escuchaba en casa los sabados a la noche, y sobre todo las peliculas que el chico de enfrente , Raul, nos contaba a todos nosotros , cuando después de cenar, en la vereda, donde los grandes se sentaban a tomar fresco, y yo lo escuchaba a Raul y veia pasar los colectivos, y los confudia con tanques o camellos en el desierto.
Tambien Radio Porteña transmitia desde los teatros, la funcion completa, todas las noches, menos los lunes.
Gran exito tuvo en la caja de zapatos "El conde de Montecristo", con Dantes y Farias.
Yo tenia las fotos de Arturo de Córdoba y de Robert Donat, pegadas (con jabon) al armario de la cocina junto a la de Gardel y Bing Crosby.
Simultaneamente con todas esas usinas de inmaginacion vino la pizarra magica, que era como la alfombra voladora de Sabu en el Ladron de Bagdad.
Asi ocurria que con solo escribir el nombre del lugar y yo ya estaba alli.
Yo cantaba y tocaba el piano en Casablanca, en el Ricky’s Bar.
Ingrid Berman era linda como mama en esta foto, que he conservado siempre.
Con el armario de la cocina se fueron las fotos de mis otros amigos.
Luego todo lo podia mezclar y pensando en Bagdad, tenia un cocktel delicioso, con la alfombra volaba sobre Nueva York con Lois en mis brazos, alli estaba la Estutua de la Libertad, y alli atras la Torre de los Ingleses y los trenes de Retiro.
2
Llego del colegio, entro en la cocina, el guardapolvo que traigo en la mano, como una bola, lo pateo a un angulo de la mesa, en el rincón de las ánimas, lejos del control del guardameta, creo que alli estaba Isack Lopez, de Chacarita.
Mama grita para que me saque los zapatos nuevos y use para ir al fondo las zapatillas.
Entonces de un pelotazo con el ovillo del guardapolvo, como pelota de trapo, tiro las mazetas, que estan formando barrera en el arco sobre la Avenida La Plata
Creo que estaban todos adelantados, me apuré!.
Corro para el patio de tierra.
Estoy con el Negro junto a su cucha, esperando para salir a la cancha, por el tunel.
El negro me mira, y entonces digo, frente a su mirada siempre de duda y reproche:
--Negro viste, la barrera estaba adelantada, asi no vale!.
--Negro porque mama me adelanta la barrera?!? , hay mucha marca, asi va a ser dificil meter un gol!.
Salimos , el Negro, yo y los otros nueve, la gente de la tribuna sobre Maza nos aplaude.
Alguien le grita algo al Negro, yo le digo por lo bajo que no le de bolilla.
--Perro....uuuuuu!
Estamos el Negro y yo en el centro de la cancha, le digo “Aurieli” (* already), y el me mira que significaba “diez” (* yes), entonces Bartolome Macias pita, y se la paso al Negro, que la da atras, Zubietta me la devuelve y resulta que es una chapita de Bidu, que ya desde fuera del area pateo y sale junto al poste alla sobre la Avda La Plata.
Isack Lopez no se que me dice,señalando la chapita que pasa por arriba de la tribuna y llega hasta la calle Santander?
La multitud sigue aplaudiendo, se levantan los cronometristas, parece que termina el partido.Los pañuelos flamean (?) en los cuatro costados del Gasometro.
Uh Dio....... como se rajo el zapato, justo ahi adelante.
Mama nos lleva al Negro y a mi para la cocina. A mi agarrandome de una oreja.
En la cocina, me dice que me saque los zapatos y que tome la leche.
El Negro mira.
Mientras le pongo azucar al pan y manteca, le doy un pedazo.
Pienso que el lunes voy a estar en la tapa de El Grafico, Mama ya me hizo sacar los zapatos; ahora los lustra y sonrie.
Que linda es mama cuando se rie.
El tiro al arco apenas empezo el partido, fue barbaro, le paso cerca, luego la chapita volo, espero que la revista traiga la foto.
3
El Negro me debe estar mirando desde hace rato, lo veo bostezar; la audicion de Superman está por terminar.
Yo estaba como metido en lo que pasaba en la radio.
Ya habiamos tomado la leche y terminado con el pan, la manteca y tambien el azucar.
Mama dentro de un rato me peinara y me dejará sentar en la puerta de calle, en el umbral, mirando pasar los colectivos y esperar a Papá de su ultima vuelta, luego de entregar el colectivo en la esquina.
Esto se pone aburrido. Al Negro Mama no lo deja salir a la calle conmigo.
Ahora, seguro que lo estara bañando, pobre Negro, el tampoco puede hacer lo que quiere.
Los arboles de la calle tiran unos frutos pequeñitos, los llamamos venenitos.
La vereda esta casi cubierta por esas ramas, luego Mama vendra a barrer.
Ya tengo un racimo en la mano.
Viene un colectivo, se me ocurre que es un tanque, y el reflejo no me deja ver bien ahora en el desierto de Sahara .
Miro a ambos lados del camino, y al estar ya pasando frente a mi, le arrojo un venenito.
El tanque vuela por los aires, la onda de la explosión me impulsa hacia la casa, donde entro como un fugitivo seguido por los colectiveros enemigos, el Negro nos ve pasar y nos ladra, se acopla a la fuga y sigue corriendo con todos nosotros.
Ya estoy bajo la sombra de la higuera.
Esta carrera y el calor del desierto me ha fatigado.
Se acerca el Negro, recien bañado, todavia mojado y viendome necesitado de fresco, se sacude frente a mi.
Me mira, y como siempre preguntando.
Yo algo mas tranquilo le cuento entonces que unos de los colectivos enemigos acababa de ser volado con una de mis granadas de las cuales conservo algunas sin activar todavia en mis manos.
El Negro se sacude nuevamente y me tira todo una lluvia de agua perfumada que refresca mi rostro, esto es buenisimo luego de estar tanto tiempo en la arena del camino en el desierto.
Quedo totalmente salpicado.
Pienso que debo pasar desapercibido.
Lo importante es que mi mision haya sido un exito, lo que lamento es que era el colectivo 33, el de Papá.
Papá tendra problemas con su trabajo.
Dejo al lado del Negro los venenitos sobrantes de mi aventura y nos quedamos mirando, como hechizados por el verdor de estas granadas.
Adelante se sienten ruidos, ya nos han descubierto, estoy perdido, lo siento a Papá preguntar a Mama donde se metio este chico.
Porque vino más temprano de el trabajo?
Que habrá pasado con el 33?
Nos miramos con el negro.
4
El Negro sabia con anticipación cuando se venia el agua y pugnaba algunas noches para que Mama no lo dejara afuera.
Debia entrar, el sabia lo que se venia, lo que le esperaba.
Si quedaba afuera estaba perdido.
El asunto era que si se salia cuando estaba lloviendo, la entrada en la cocinita y en la pieza era imposible.
Mama no nos dejaria. En la cocina no se usaban patines, solo habia en el piso algun diario viejo.
Mama queria mucho a sus pisos.
Los amaba tanto, y los cuidaba tanto como a mi y a mis zapatos.
Tenia poco, decia, pero ella lo poco que tenia lo queria y cuidaba mucho.
Los dias de colegio, con lluvia, la rutina era casi igual a las de cualquier día, los horarios y las clases seguian normalmente.
Pero en el colegio recuerdo un dia de lluvia en que no vino mi maestra de segundo grado, y nos pasaron a todos al sexto grado.
Que bien me senti con los mas grandes, libre de responder y explicar nada de nada.
Cada dia que llueve en el colegio cuando llegan los maestros a veces pienso que seria lindo que el mio faltase, para pasar a los otros grados superiores.
Pero esas ausencias ocurrian casi nunca.
Pero aquella unica vez de un dia de lluvia en que no vino la maestra, nos pasaron al sexto y yo me senti como cuando estaba en el patio con el Negro.
No tenia casi ningun compromiso con nadie, no tenia que explicar nada, solamente al Negro y con el yo no tengo problema.
Algo tortuoso era el uso de las galochas, no cuando llovia sino cuando dejaba de llover.
Yo no sabia que hacer con ellas puestas.
Yo no habia pensado que luego al parar, las galochas eran para sacarselas.
Cuando descubri esta situacion, tuve un dia la desgracia de olvidar un par en un colectivo.
Cuando ya habiamos bajado del colectivo, en la parada final como el que me llevaba era Papá, el tampoco se dio cuenta.
Al llegar a casa mama nos reto a los dos.
Tuvimos que ir a buscarlas a la parada, pero alli no estaba y en el colectivo tampoco. Donde las habré tirado?
5.
Mama con el negro no tenia problema, cuando llovia, se la pasaba chocho abajo de la mesa de la cocina..
La radio no era lo mismo los domingos, salvo el fobal, pero si llovia casi siempre se suspendian los partidos.
Escuchar y ver el fobal bajo la lluvia.
Crei que unicamente en Londres jugaban en esos dias, Wembley y Ruggilo, era una figurita dificil, yo la cambie por dos que tenia repetidas de Vito Dumas.
Al dejar de llover, se salia a la calle y casi todas las vecinas, Mama incluida barrian las veredas y sacaban las hojas y venenitos que se habian quedado obstaculizando el correr de las aguas de los cordones.
Luego durante algunas horas seguiamos los chicos con las regatas , por las aguas que corrian por los cordones, las competencias eran grandiosas, hasta desembocar en la zanja de la otra cuadra.
Algunas veces o el Negro o yo nos caiamos en la zanja, que lio que teniamos para volver con ese olor a casa.
Las regatas las ganaba siempre el pibe de enfrente, Raulito, ademas como hacia para no caerse nunca en la zanja?.
Pero la verdad ganaba porque las pajitas de las escobas de su mama eran mejores que las de mia.
Los domingos de lluvia, desde algun tiempo despues , casi siempre se han asociado al cine.
Pero las limitaciones eran rotundas, si no iba con Papá o con Mama, no habia cine..
Me costo entender, aunque creo que no lo pude entender nunca, porque el Negro no podia venir con nosotros al Cine.
Yo me adelantaba y compraba, dos mayores y una menor.
La iglesia de la otra cuadra, tambien en la calle Cabezon, ejercio un movimiento liberatorio sobre mi.
La parroquia tenia un salon sobre la iglesia, donde los domingos se proyectaban peliculas, creo haber visto alli mis primeras peliculas de episodios :...La moneda rota con Edy Polo.
El mecanismo de la iglesia era dar a los concurrentes --chicos y chicas- despues de la misa de la mañana del domingo un vale, que a la tarde al entrar al cine parroquial equivalia a un 50% de descuento en el precio.
Al Negro tampoco lo dejaban entrar en la misa ni en el cine parroquial (?)
Algunos domingos ibamos a la casa de los abuelos.
Eso fue para mi un terrible problema, me perdía el cine de la parroquia.
Papá y sus Hermanos y el Abuelo se iban despues de los almuerzos al hipodromo y yo me quedaba con mis primos, con Mama, la Abuela y las Tias.
Eso era aburrido, no me dejaban jugar a la pelota, pero mejor, el patio de la abuela era de baldosas.
No era lo mismo mi patio de tierra, yo lo imaginaba como una verdadera cancha de fobal.
Ademas mis primas eran troncas en esto del fobal, y para jugar solo sobre las baldosas , era mejor escuchar el partido por radio en casa de la abuela.
Yo pensaba que el Negro estaria peor, porque estaba solo alla en casa, porque tampoco lo podiamos traer, pero posiblemente podria hacer lo que el quisiera, pero que haria en la cocina, por que mama lo dejaba alli dentro .
Hubo una epoca en que cuando llovia, uno de mis Tios, el soltero, el que no iba siempre a las carreras, nos llevaba a todos al cine del centro.
Alli conoci la calle Lavalle.y algunas cosas comenzaron a cambiar.
6
Nos miramos con el negro.
--Que me decis como llueve afuera en el patio
Ya habiamos almorzado los cuatro juntos, mientras llovia afuera.
Mama y Papá se van a dormir la siesta.
Miramos el patio,como se juntaba el agua en la tierra, el barro que se armaba.
Como siempre, seguro que se suspenden los partidos.
--Los jugadores ahora en este mismo momento de que hablaran?
--De lo mismo que yo hablo con el Negro?
Ahora comienza a dar vueltas, y vueltas y se sienta, junto a mi.
La radio, el comentario de antes del partido, en ese momento dos tipos de negro y pantalon corto, van hasta el medio del patio, Mama esta alli con el tacho de la ropa bajo el brazo , pero que esta tirando sobre los charcos?: aserrin, como hoy cuando empezo a llover, y lo hecho en el piso de la cocina.
--Pero no se habia ido a dormir?.
--Parece que Mama quiere que se juegue el partido.
Los tipos se miran y se dicen algo, uno de ellos hace gestos negativos, creo que suspenden el partido, mama los para y les habla, pero parece que no le dan bolilla.
--Como es que pueden no darle bolilla a mama?.
El publico va a invadir la cancha.
--Esos tipos parece que no saben lo que hacen.
Alguien en la radio dice que no debieron jugar las terceras y la reserva.
--Bueno negro, veni que saco la caja de zapatos y el espejo y nos vemos una pelicula, que te parece El Halcon Maltes?.
El negro mira y me parece que dice que si.
--Mira esa es la muchacha, es Mary Astor, no entiendo porque Spade no solamente la deja sino que la entrega a la policia.
No lo entiendo
El Negro tampoco lo entiende, lo dice moviendo la cola.
7
Entrar a la cocina y pedirle a mama que salga afuera ya que me tengo que convertir en Superman, es uno de mis imposibles.
En el baño no se me ocurrio nunca cambiarme y venirme Superman, era un baño compartido con la gente de adelante.
Ademas Clark Kent no lo hubiera hecho nunca.
Hacerme Superman era algo que tenia grandes complicaciones.
En la historieta, Clark Kent entraba en una cabina telefonica y listo.
Pero por el barrio no habia cabinas, ni siquiera telefono habia en la casa.
Teniamos que ir a la panaderia para hablar , y el rincon del telefono estaba a la vista de todos, sobre todo de Don Manuel, el panadero de la caja.
O sea que me resulto mucho mas facil ser el Capitán Maravilla, tenia que decir solo ”Sasan” y listo, lo que pasa es que yo lo decia en voz muy alta, casi a los gritos, un alarido como lo habia visto y escuchado en los episodios de la Parroquia.
En los colectivos, y en el colegio, no tenia problemas, para venirme el Cápitan Maravilla.
Pero en casa a la hora de la siesta de Papá y mama, llegue a no hacer algunos trabajos del Capitán por los líos que se me armaban, cuando gritaba “Sasan”
Con el Negro vimos casi todas las historietas representadas con el espejo en la caja de zapatos.
Eran de Rip Kirby,Vito Nervio, Fantomas, Mandrake y Superman.
Ademas Langostino, Corina y Rinkel.
Que delantera de historieta : Mario Boye, Pio Corcuera, Jaime Sarlanga, Severino Varela y Pin.
Creo que se han mezclado las figuritas, pero me salio la delantera de Boca.Además Zubieta Greco y Colombo
No los olvidare nunca, que grande cuando junte las figuritas de todo el equipo Argentino en el Sudamericano al encontrar un dia en la calle la de Salomón.
“”Sasan.””
Pim Pum Pim
8
Hoy Lunes Papá esta en casa. Junto a la higuera, habla con el Negro.
De que hablara Papá con el Negro?
Los miro desde la cocina, estoy con lo deberes.
Entra Papá y me dice:
--che trae la pelota que vamos a jugar con el Negro.
Se va para el banquito y yo me acerco con la pelota.
El Negro salta y ladra.
No aguanto mas y le pregunto por su colectivo,
-- realmente es de Don Jovino, yo soy solo el peón --, me responde que le están haciendo un ajuste de motor , que tiene para 15 días de parate, pues dentro de tres días se van todos los del colectivo para Mar del Plata para ablandarlo.
O sea que los venenitos explosivos no le hicieron nada!!
--Te tengo que llevar a la peluquería. Me sigue diciendo
Eso me gustaba mucho porque era en Villa Urquiza, era como ir a una gran ciudad, a otro país.
La peluquería de Villa Urquiza era un lugar fenomenal, era como cuando faltaba nuestra maestra y nos llevaban al quinto o sexto grado.
Cuando sea grande voy a venir a esta peluquería todos los días, me gustaría afeitarme y que me pongan fomentos como a Papá.
Papá cuando me lleva a mi, se hace afeitar, los demás días se afeita, antes de ir a dormir, en la pileta del fondo, usa el espejo de mi biógrafo.
Yo me lo quedo mirando desde el marco de la puerta de la cocina, el negro nos mira desde el patio.
9
Viajar en subte, era en esos tiempos ir al cine y a la calle Lavalle.
Lavalle era una calle extraña, era como me imaginaba un parque de diversiones, no se podía casi pasar y sin embargo autos y gente se volcaban por allí, buscando salir por Florida y no por otra calle.
Papá decía que esa calle debería ser solo para los peatones, --falta que yo venga por aquí con el colectivo.
Me reí de la idea.
Ir con Papá por esa calle, oyéndolo hablar de sus proyectos, de dejar el trabajo del colectivo, de que yo estudiara.
Mis ideas saltaban también por esa calle, yo solo quería aprender a tocar el trombón.
Quizás yo podría acompañar a Papá para su entrada triunfal por la calle Lavalle en colectivo, yo dirigiendo una banda de músicos como Tyrone Power y su Ragtime Band, Alice Faye iría sentada junto a mi.
Sueños, los de mi Papá y los míos; que pena si Papá dejaba el colectivo yo no podría estudiar el trombón.
No me iban a necesitar con mis músicos y el trombón.
Y tal vez no me encontraría nunca con Alice Faye.
Parece que el trombón lo dejare por algún tiempo, a Alice también.
10
Regresamos a casa.
Mama estaba en la puerta con el Negro, hablando con la señora que nos alquilaba la pieza de su casa, su marido Don Santiago estaba con ellas. Son los de adelante.
Un hall-living y un dormitorio, una cocina grande y un baño.
Nosotros usábamos una pieza del medio, que era nuestro dormitorio, y el baño común, donde me bañaban los sábados a la noche. Puf....eso si que era como un castigo.
Teníamos en el fondo, una cocinita, donde comíamos y prácticamente vivíamos
Doña Encarna, no le gustaba mucho el Negro, con el tiempo supe que todo lo hacia por su “‘pitocho”, que era yo.
Ella y su marido no tenían hijos.
No querían alquilarle a Papá, me cuentan que decian que eran una parejita simpática pero lastima que tenían un chico y un perro.
Cuando nos mudamos de esa casa , cuando Papá dejo el colectivo, el marido y ella lloraron, ese día todos lloramos.
Ellos no sabrían nunca mis verdaderos motivos: el patio de tierra, el trombón, Alice Faye y ese dichoso asunto de que un perro no se podía tener en un departamento.
Viste Negro, no te dejaban entrar en la pieza, no podías salir a la calle conmigo, no en la iglesia, y en el cine, no con los abuelos.
Negro, Negro, no saliste nunca de este patio de esta casa, te quedaste con ellos con Encarna y Santiago, decian que no te querian.
Lejos de aqui ya encontré mi trombón y mi Alice.
El negro me mira y creo que ya sabia todo.
PATIO1.DOC
miércoles 18 de septiembre de 1996
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