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sábado, 5 de julio de 2008

Angel Labruna es también máximo goleador histórico del fútbol argentino

Angel Labruna es también máximo goleador histórico del fútbol argentino
El ídolo riverplatense Angel Labruna igualó la línea de Arsenio Erico y se convirtió así en el máximo goleador de la historia del fútbol argentino, después de que un estudio del Centro de Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF) le reconociera como suyo un tanto que marcó en 1941, que por error no le había sido adjudicado.
Hasta la fecha, Labruna, el Feo como se lo conocía en River, ocupaba el segundo lugar en la tabla histórica de goleadores, pero ahora suma 293, igual que el goleador paraguayo, quien brilló en Independiente.
El gol que se le suma al padre del actual técnico de Gimnasia y Esgrima de Jujuy es uno que señaló ante Estudiantes La Plata, jugando para River (también se desempeñó en Platense, en Ranger de Chile y Rampla Juniors de Uruguay), jugado el 26 de octubre de 1941, correspondiente a la última fecha de aquel campeonato, cuando los de Núñez se consagraron campeones.
Tomando como base las publicaciones del historiador Pablo Ramírez, el gol era asignado al jugador Rodríguez, de Estudiantes, en contra.
Labruna nació un 28 de septiembre de 1918, en Capital Federal, y desde su nacimiento su corazón y su cuerpo tuvieron los colores de la camiseta de River.
Un 18 de junio de 1938 debutó con la camiseta de River, jugando ante Estudiantes, en La Plata, día en el conjunto millonario cayó derrotado por 1 a 0.
Luego integró la famosa delantera de La Máquina, integrada por Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Labruna y Félix Loustau.
Un 15 de octubre de 1939 Labruna convirtió el primero de los goles que hizo en primera división. Fue ante Atlanta, un partido que River ganó, en condición de visitante, 4 a 2.
Una minuciosa revisión de los diarios de la época y el hallazgo de la foto del momento exacto en que Labruna cabecea la pelota con destino de gol revelan claramente que el tanto corresponde a Angel Labruna.
La investigación del CIHF cobra importancia por la calidad y trayectoria de los periodistas, estadígrafos e historiadores que lo componen, entre quienes se destacan Alejandro Fabbri, Oscar Barnade, Carlos Yametti, Patricio Nogueira y Miguel Angel Bertolotto, entre otros.
Aunque fundamentalmente por la abstracción de intereses personales tanto en la investigación como en las conclusiones; tal este caso, donde el estudio es acompañado por un artículo publicado por el Yametti, presidente del CIHF y simpatizante de Boca Juniors, quien no tuvo prurito alguno en llevar a Labruna -gran verdugo boquense- al tope de la tabla de goleadores.
Además el CIHF tiene previsto analizar uno por uno los goles de Labruna y Erico con el debido rigor, ya que existe otro gol en discusión que bien podría corresponder al jugador riverplatense.
Tras el análisis, si se comprobara este “nuevo” gol, Angel Labruna, además de los consabidos lauros y records que ostenta, pasaría a ser en solitario el máximo goleador de la historia del fútbol argentino con 294 tantos.
Labruna fue campeón como jugador y como técnico, pero quizá su título más importante fue el que consiguió como entrenador en 1975, quebrando de ese modo una racha 18 años sin vueltas olímpicas de River. (Télam)
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El kirchnerismo consiguió los votos y aprobó las retenciones en Diputados

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METROPOLIS AUTENTICA EN ARGENTINA?

'Metrópolis' auténtica
Aparece en Buenos Aires una versión de la obra
de Fritz Lang sin la censura nazi y estadounidense
EFE - Buenos Aires -
05/07/2008
Su intuición de historiador cinematográfico y algunas pistas llevaron a un argentino a sospechar que la versión que se encontraba en Buenos Aires del filme Metrópolis, del alemán Fritz Lang, contenía las escenas perdidas que los expertos llevan buscando desde 1973, y así era. Parte de esas escenas olvidadas fueron proyectadas ayer en el Museo del Cine de Buenos Aires.
Fernando Martínez Peña, historiador de cine, escuchó contar a un restaurador que había tenido que aguantar con sus dedos la cinta en un pase de Metrópolis, por el mal estado del material, "durante las dos horas que dura la película".
Pero Martínez Peña sabía que, aunque el filme original era más o menos de esa duración, la versión que se conserva en todo el mundo es más corta, así que sospechó y puso en marcha un mecanismo por el que se han recuperado las escenas perdidas de una de las películas más importantes de la historia del cine.
El historiador sabía que la película, una fábula marxista de ciencia-ficción sobre una sociedad de trabajadores sin rostro convertidos en máquinas en aras de una civilización superior, había sido cortada y reducida en su versión estadounidense.
Esa versión reducida es la única que se conservaba, pues la II Guerra Mundial y la fragilidad del material de los rollos hicieron que todas las copias de la versión original, estrenada por Lang en 1927, se perdieran.
Pero Peña también sabía que en los años veinte la distribuidora que trajo Metrópolis a Argentina y a otros países latinoamericanos era Terra, así que acudió a sus archivos y comprobó que la cinta que había en Buenos Aires había sido importada directamente desde Alemania y no desde EE UU.
Poco después recibió una visita de la directora del Museo del Cine de Buenos Aires, Paula Félix, a quien le comentó la posibilidad de que la copia que poseía el museo fuera la original. Y tras comprobar que, efectivamente, en la cinta que llegó a Buenos Aires en 1928 y que miles de argentinos vieron hasta 1973 había escenas y planos que no se habían visto en el resto del mundo desde que se estrenó el filme, Félix decidió avisar a los expertos, que llevaban décadas buscando ese tesoro cinematográfico.
Pero los expertos y la Cinemateca Alemana no la creyeron. Intervino entonces el célebre restaurador español Luciano Berriatúa, quien dio la referencia a los cinéfilos alemanes tras ver una copia del hallazgo en vídeo. Paula Félix se trasladó después hasta Berlín con un DVD en el que se podía ver esta versión extendida del clásico filme, un encuentro que los expertos tildaron de "sensacional".
La parábola futurista, que según la directora del Museo del Cine de Buenos Aires "es como el Santo Grial de los archivos fílmicos", fue mutilada por las autoridades nazis con la llegada de Hitler al poder y posteriormente fue censurada en Estados Unidos.
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