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lunes, 24 de diciembre de 2007

GARDEL EN FRANCIA CON SU FAMILIA

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BAD LISBON

Lisbon Revisited (1923)
Fernando Pessoa ( en una de sus voces. La de Álvaro de Campos)

No: No quiero nada.
Ya dije que no quiero nada.

¡No me vengan con conclusiones!
La única conclusión es morir.

¡No me traigan estéticas!
¡No me hablen de moral!
¡Sáquenme de aquí la metafísica!
¡No me pregonen sistemas completos, no me enumeren conquistas
De las ciencias (¡de las ciencias, Dos mio, de las ciencias!) —
De las ciencias, de las artes, de la civilización moderna!

¿Qué mal le hice a todos los dioses?

¡Si tienen la verdad, guárdenla!

Soy un técnico, pero tengo técnica sólo dentro de la técnica.
Fuera de eso soy loco, con todo el derecho a serlo.
¿Con todo el derecho a serlo, oyeron?

¡No me golpeen, por amor de Dios!

¿Me querían casado, fútil, cotidiano y tributable?
¿Me querían lo contrario de esto, o lo contrario de cualquier cosa?
Si yo fuese otra persona, les haría, a todos, a voluntad.
Así, como soy, ¡tengan paciencia!
¡Váyanse al diablo sin mí,
O déjenme ir solo al diablo!
¿Para qué tenemos que ir juntos?

¡No me tomen del brazo!
No gusto que me tomen del brazo. Quiero ser solo.
¡Ya dije que soy solo!
Ah, qué trampa quieren que yo sea de la compañía!

¡Oh cielo azul — el mismo de mi infancia —
Eterna verdad vacía y perfecta!
¡Oh apacible Tejo(**) ancestral y mudo,
Pequeña verdad donde el cielo se refleja!
¡Oh dolor revisitado, Lisboa de otrora de hoy!
Nada me dais(***), nada me sacais, nada sois que yo me sienta.

¡Déjenme en paz! No tardo, que yo nunca tardo...
¡Y mientras tarda el Abismo y el Silencio quiero estar solo!

8 de Fevereiro de 1923

GOOD LISBON

“any where out of the world”

“Dime, alma mía, pobre alma aterida,
¿qué te parecería vivir en Lisboa?.
Allí debe de hacer calor, y tu té desperazarias como un lagarto.
Esta ciudad esta a la orilla del agua;
dicen que esta construida en mármol...
Ese es un paisaje a tu gusto;
un paisaje hecho de luz y de mineral,
¡y liquido para reflejarlos!”.


**************************

¡Yo soy la herida y el cuchillo!
Cielo o infierno, ¿qué importa?

“ Esta vida es un hospital en que cada enfermo esta poseído por el deseo de cambiar de cama ............Me parece que siempre estaré bien donde no estoy, y este problema de mudanza es uno de los que discuto sin cesar con mi alma”.


Charles Baudelaire

Fernando Pessoa - Tabaquería

Fernando Pessoa - Tabaquería

Fernando Pessoa

Tabaquería
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?

No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.

(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)

He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.

Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.

Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.

Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.

El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves! , y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.
UN SALUDO CORRIENTE Y SENCILLO

SALUD
ESPERO QUE NUESTRAS ESPERANZAS ESTEN CERCANAS A NUESTRAS REALIDADES, SINO LO INTENTAREMOS MAÑANA.
EL ASUNTO ES MAÑANA, NO ES HOY, ES MAÑANA.
El MAÑANA EL ES EL MARCO DE NUESTRAS ANSIEDADES, Y DE NUESTROS MIEDOS, PERO OLVIDAMOS QUE TAMBIEN SON LA ALFOMBRA ROJA PUNZO HACIA DONDE APUNTAN NUESTRAS ESPERANZAS

DE QUE ESTAN HECHOS NUESTROS SUEÑOS:
DE ESO DE LA ESPERA DEL MAÑANA
DE LAS ESPERANZAS

BUENOS AIRES, 24 de Diciembre de 2007
Son las 15 y 40 horas
"I know not what tomorrow will bring"...



De no tener noticias mías en los próximos días, tal vez se haya cumplido mi sueño.
En caso de interés comuníquese con damascenomonteiro@portugalnet.com

miércoles, 31 de octubre de 2007

vuelvo de Lisboa

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DE VUELTA

Otra vez en el camino. Han pasado unos cuantos dias sin tener contacto con mi blog. Lo he tenido olvidado. Gracias a Dios aqui estos de vuelta.

hola que tal? veremos como estan mis cosas

viernes, 20 de julio de 2007

lunes, 16 de julio de 2007

Las hormigas se han de comer Roma.

Si ellas tan diminutas, han de lograr todo eso, sobre algo tan importante, que no han de lograr mi mujer y mis hijos, con mis papeles y mis libros.

Gracias a Dios los recuerdos, los que guarda mi memoria, casi todos son mios,

algunos son como los libros que me prestan, que pasan con el tiempo a ser, casi

totalmente mios.

He querido además de mis recuerdos y un poco para poner bien los nombres,

encontrar y usar mis guias Michellini, y solo halle una de España, y lo que se

planeaba comer era Roma, y esta Ciudad esta en otro pais. Creo? la hojee y realmente es hermosa y saludable y muy cómico y como gratificante ver y leer sobre algunos lugares donde estuvimos hace tanto tiempo.

Pero si uso esta guia para hablar de Roma seria como un turista accidental venido

de Ohio, los que se pueden dar el gusto (mal gusto) de confundir Rio de Janeiro

como capital de Buenos Aires.
.
Mi familia puede comerse mis guias Michellin, y algunas otros papeles mios, esta

ahora escrito. Y esta dicho que no podrán comerse mis recuerdos.

TRES IMAGENES SOBRE HORMIGAS

Pienso en:

1-TRABAJO
2-CAMINATA
3-DESTRUCCION.

Pero luego de lo que ocurrrio con mis guias y mapas de viajes, las tres palabras

pueden ser:

1 . mi mujer,

2. mi hijo y

3. mi hija

luego alquien lee y nos dan copia de algo de CORTAZAR "INSTRUCCIONES para

matar hormigas en Roma"

y todo se complica y vuelo:

Las hormigas se comeran a Roma, esta dicho...."

esto me parece terrible, ahora se porque asocio a las hormigas a la destruccion.

del Quirinal:? delCampidoglio? la Piazza della Essedra , el Pincio

El Pantheon, De los sordos metales del suelo extraer la nomenclatura de los rios subterraneos

Y no pedir ayuda nunca a nadie, menos a mi mujer y mis hijos, sigo buscando mis

papeles y es en vano.

Una placa recuerda, no se en que año San Martin, pasó no se cuantos dias, en este

lugar.

A que albergo habra ido a parar? cuantas tardes habra estado como yo mirando por

esa ventana unica, absoluta al cielo que tiene ese templo que es El Panteón, alli en

medio del campo de Marte.

O sea que era un tipo posiblemente más real , de lo que yo me lo hicieron soñar, de

carne y hueso y no el que yo pensaba pasando los dias y las noches frente al mar, en

posición historica.

Otra placa por alli, agradece al pueblo del Chaco por el quebracho que sirvio para

basar el piso de toda la plaza frente al templo.y los sordos metales del

suelo extraer la nomenclatura de los rios subterraneos

Desde alli, es notable un escudo y bandera argentina, en un viejo edificio, que

me recuerda alguna oficina pública nativa.

Nosotros volviamos al día siguiente, el viejo General, sabia que no podria regresar

nunca. que habrá sentido el?

Quirinal:? cerca quedaba la Fontana de Trevi?

Campidoglio? alli estaba la vieja Remigton, la gran Estatua de Vittorio Emanuel,

Vitoriano.?

Piazza della Essedra, esta no era la plaza de la República, ?

el Pincio, la salita del Pincio, tras la piazza del Popolo? , todo nombrado en el Texto

de Cortazar, todo menos el Pantheon °°fiero encuentro de la vida °° con un escudo y

una bandera en el Edificio del Consulado Aregentino, seguro que el Geeneral y el

poeta tendrian ideas sobre aquel lugar tan argentino, que yo vi. esta dicho que el

centro de Marte y las aguas y rias que acompañan la manada destructiva está bajo

ese quebracho, que el sintío rojo. o colorado,

Seguro que en la Piazza España, (oh mi Guia no sirve para nada, porque no apareció

los dos como yo deben haber estado en la casa de John Keats, junto al ultimo escalón

de la Piazza, llena de flores. Ahora la recuerdo con flores, pero cuando nosotros

estuvimos no habia ninguna.


Viernes 1 de Marzo de 1996
roma 3.doc

domingo, 15 de julio de 2007

SOMBRAS

Es una de las tantas visiones diurnas de mi dormitorio. En las noches todo toma movimiento. Veo extraños cuerpos ondulantes que se apoderan de cada una de esas caras. Danzan con el guerrero de la lanza en cruz. Es un baile, extraño y ritual, durante una guerra total y final. El bosque que nos rodea es negro, a veces rojo.

Despierto en un grito, agitado y angustiado. La enfermera toma mis manos temblorosas, siento el sudor de mi espalda.

El liquido de la inyección penetra en los árboles que nos rodean. Las ramas vuelven a tomar el color de mis visiones diurnas.

Los cuerpos y caras estan nuevamente inmoviles, pero sus caras la veo triunfantes. El guerrero, se lo vé ahora rojo de sangre.

Yo señalo la pared, la enfermera me repite: es la humedad.
Pienso: es la cabeza del guerrero derrotado.

La enfermera, ahora con un enfermero me atan nuevamente a la cama.

A mis costados , las caras siguen inmoviles.
En el rincon, sobre una alfombra verde la cabeza degollada del guerrero derrotado.

172

..................

Luis Nuñez
TALLER 7.DOC
239

Al salir de Casablanca

Pero realmente, donde todo empezó lo sabría tiempo después fue en Colonia Vera.

Allí había llegado desde Lisboa, embarcado luego de una noche de borrachera.

En Vera conocí a Mateo el que hacia la limpieza en la Municipalidad, allí trabaje con el. Aquella tarde estábamos limpiando el patio, cuando nos llamo don Ignacio y nos dio dos fusiles, pues la policía se le había dado vuelta. Que hacia yo metido en ese lugar y en semejante problema.

Yo salía de un asunto con alemanes y ahora estaba metido en una guerra entre peronistas.

Mateo y Don Ignacio el intendente murieron aquella noche. Yo huí de Colonia Vera, lo hice en el avión que había participado en la defensa del edificio de la municipalidad. Yo siempre del lado perdedor. Su piloto había muerto también, yo me adueñe del avión.

Cuando volaba creí que llegaría a Lisboa pero llegue a Buenos Aires, luego me encontré en el Saint Michell en New York


Aunque creo que al salir de Casablanca
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Fecha de creación 10/07/98 05:19 98.7.P.7.

DICCIONARIO PERSONAL Y AUTOBIOGRAFICO

DICCIONARIO PERSONAL Y AUTOBIOGRAFICO

1 aulaga

Aula de un primer grado inferior, en Colegio Primario de la Avda America, Villa Pueyrredon, Buenos Aires, Republica Argentina..
Alli fué La Sta Mirta Garcia cumplió una suplencia de tres meses , en los años pequeños del autor de este Diccionario Autobiografico.

2 Daraptí
Afeccion coronaria de la tercera arteria, parte izquierda.
Se contagia de primos a primos.

3 Estelion
Lluvia de estrellas de colores, casi siempre sobre un fondo muy azul.
Suelen aparecer por ejemplos:
Al golpearse los dedos de la mano con un martillo.
O cuando se recibe un carteraso o trompis luego de decirle a una dama o a un caballero un buen zancajo.

4 Perianto
Afeccion coronaria de la segunda arteria, parte izquierda.
(Ver Darapti)
Se contagia entre los concurrentes a las manifestaciones de protestas en la Plaza del Congreso.

5 Ronzar
Dormir a cielo abierto en Zarate. Pcia de Buenos Aires, Republica Argentina.
6 Zancajo
Piropo, que los sudacas introdujeron en España.
Fue durante las invasiones de las ordas de argentinos llegadas por “ Finesterra.”
Producen algunos esteliones, casi todos con final felez.
Pueden decirse que son Made in Hollywood.

TEXTO
Luego de su primer y segundo Perianto y de su pre- Daraptí fue llevado a Zarate - su pueblo natal- donde le hicieron el Ronzar .

No les fue facil, alli llego otro darapti y este le salio bien y entonces final .
Unos instantes antes, sonreia a las enfermeras, a quienes les decia zancajos, pero en ningun caso se produjo ningun estelion.

Entre sueños e inyecciones varias transfusiones y se vio en su sillon de ruedas, muy parecido a su viejo ticiclo,
persiguiendo a la Sta Garcia, nuevamente en la Aulaga.

Esta chica Garcia salio corriendo para el patio, donde se interpuso el protector portero, que iba a hacer sonar la campana, para el segundo recreo.
El nunca escucho esa última campana.

Cuenta el pueblo que se vio pasar sobre los techos de Zarate, un enorme estelion como nunca se habia visto en todo aquel milenio.

Jueves 17 de abril de 1997

sábado, 14 de julio de 2007

DEL ALBUM FAMILIAR


EL TIO JOSE TOMANDO LA SOPA, EL ABUELO POR LA RUA DEL COMERCIO, PAPA EN SUS SUEÑOS DE CORISTAS DE TEATRO MAIPO Y EL TIO IGNACIO DE JOVEN, ALTO FUERTE Y GALLARDO.
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martes, 5 de junio de 2007

NOSTALGIAS DEL FUTURO

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NOTAS DEL CUADERNO

"Todo lo que soy se lo debo a mi bisabuelo, el viejo Damasceno Monteiro de las Cazuelas. Si aún viviera, el mundo entero hablaría de él... ¿Que por qué? Por que si estuviera vivo tendría 140 años."

En otro orden de cosas también conozco a centenares de maridos que volverían felices al hogar si no hubiera una esposa que les esperara. Quiten a las esposas del matrimonio y no habrá ningún divorcio."

"Soy tan viejo que recuerdo a Doris Day antes de que fuera virgen."

La biblioteca es ilimitada y periódica. Si un eterno viajero la atravesara en cualquier dirección, comprobaría al cabo de los siglos que los mismos volúmenes se repiten en el mismo desorden, que repetido, sería un orden: El Orden. Mi soledad se alegra con esa elegante esperanza………………..

Esto ultimo justifica todo lo que yo copio, porque ahora se que no copio nada. Todo ya esta escrito, el estigma es que yo lo se no obstante sigo escribiendo, y así será por los siglos de los siglos. Dios me ampare.

sábado, 2 de junio de 2007

DEL BAUL DE PAPELES PORTUGUESES

Quedarse solo pensando en partir
Quedarme y tener razón,
Quedarme y morir menos.

Voy hacia el futuro como el que va a un examen difícil.
¿Y si el tren nunca llegara y Dios se apiadase de mi?

Ya me veo en la estación, hasta aquí simple metáfora.
Soy una persona perfectamente presentable.
Se ve, dicen, que he vivido en el extranjero
Por supuesto mis modales son los de un hombre educado.

Cojo la maleta y rechazo al mozo cual a un vicio vil.
Y la mano que la sujeta me tiembla y la tiembla

¡Partir.!
Nunca volveré.
Nunca volveré porque nunca se vuelve,
Siempre el lugar al que se vuelve es otro,
La garé a la que se vuelve es otro.
No hay ya la misma gente, ni la misma luz,
Ni la misma filosofía.

¡Partir, Dios mío, partir! Tengo miedo de partir.

(Frió especial de las mañanas de viaje.
Frío especial de las mañanas de viaje.
Angustia de partir, carnal en ese escalofrió
Que nos va desde el corazón hasta la piel
Y llora virtualmente aunque este alegre
Fue, nunca volverá a ser
SI entonces si
Partir, Dios mío partir.
Angustia de partir, carnal en ese escalofrió,

Que nos va desde el corazón hasta la piel

Caminaste para Rivadavia, yo me quede mirando
Yo un viajero perdido, comprendí que nunca volvería a ser.

ALVARO DE CAMPOS

jueves, 31 de mayo de 2007

C U C U T A






LOS PRIMOS SE DESTACARON OTRA VEZ EN LO SUYO, EL PERRO MAYOR SONRIE!!!
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CONTABLES

Publicado: 24/05/2007



Contadores Públicos
Honorarios mínimos sugeridos en los distintos ámbitos de actuación profesional



El Consejo aprobó el pasado 16 de mayo mediante Resolución CD 63/2007, el informe “Honorarios mínimos sugeridos para el Contador Público”, que fuera originalmente preparado por la Comisión de Problemática de los Pequeños y Medianos Estudios Profesionales y luego enriquecido por el aporte y las opiniones de distintas Comisiones Profesionales y Académicas.

La aprobación de este informe responde a la inquietud permanente de la matrícula por disponer de una guía orientativa que asista al Contador Público en la determinación de sus honorarios profesionales.

Dicho Informe sugiere una metodología y una escala de referencia que contiene honorarios mínimos sugeridos al Contador Público en las tareas desarrollados en los distintos ámbitos de actuación profesional.

A lo largo del mencionado informe se enfatiza la idea de que los honorarios mínimos sugeridos, en ningún caso deben ser interpretados como aranceles mínimos obligatorios, concepto este último que se encuentra fuera del marco legal de desregulación económica actualmente vigente.
• Para acceder al Informe sobre “Honorarios mínimos sugeridos para el Contador Público”, haga click aquí. (zip, 32Kb)




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Cúcuta dejó muy mal parado a Boca

Cúcuta dejó muy mal parado a Boca


LOS PRIMOS ME HACEN PENSAR QUE LO NUESTRO NO ES TAN MALO

NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE

CPCECABA

AGREGARLE UN POCO DE MANTECA Y AZUCAR PUEDE AYUDAR

domingo, 27 de mayo de 2007

EL TECLA


y lo de hoy porque? Esto sigue pero...........para que?
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Cavar

¡Cavar trincheras!

¡Con nuestros hombres cayendo como moscas!

No tenemos tiempo para cavar trincheras.
Las tendremos que comprar hechas

de Groucho Marx

lunes, 21 de mayo de 2007

CARIATIDE DE NAVEA

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curriculum-mortoriun-vitae
Obituario Primera Selección
sepas de California -Barracas







nombre:
Cariátide de Navea.

antecedentes e historia profesional y de la otra:

Jefe de claques con experiencia en:
Teatro Maipo
Circo Sarrasani
Teatro Marconi
Teatro Colon
Casa Rosada
Parroquia Santa Cruz
Isla de Alcatraz
Radio la Tribu
Radio La Colifata

Características sobresalientes de su personalidad:

Insidioso, insípido, incoloro,
No es agua, porque tiene olor.
Casi siempre toma el perfume de los lugares que frecuenta,
Además del color.
Eximio camaleón
Rey de las fugas, principalmente hacia ningún lado
No es liquido, es lo que es. Grandes Tours, y fugas geográficas
Seguro
fuerte de personalidad intrépida
abanderado
varios vicios (*)
varias enfermedades (*)
(*)Existe un catalogo explicativo
monitor
chupa media
guarda espalda
defensor de minas pobres
aguatero,
masajista oficial de Graciela Alfano

Segundo lugarteniente del subjefe de la barra brava de un Monseñor Anónimo, proclive a los pecados de carne, estofado y pastas.
Colesterol alto
Hipertenso, jefe de sustos en el Hospital Ramos Mejias.
Volvió de algún lado, todavía no sabe de donde
A cargo de los asuntos externos y coronarios del Hospital Alemán
Cursa actualmente el tercer año, en camino a la medalla de oro, del curso de Próstata, siguiendo la vieja tradición familiar.
Sus antepasados llamaban a este problema estigmático: hernia.
Mozo, Vejete y ahijuna, odiado y querido recalcitrante, capaz de sofrenar un potro y de llevarlo a la luna.
Subalquilaba ladrillos, los domingos a la tarde, en los pasillos de la cancha de San Lorenzo, los domingos de partido, se ha presentado en licitación para el mismo negocio (el lo llama del espectáculo) con la gente de Carrefour (*)
(*) hay copia de pedido de instrucciones a Francia.
Cuarto premio en Regatas de Villa Pueyrredon, su manejo de los cordones y zanjas callejeras, le hizo ganar el mote de yacaré, -con el perdón de Artigas--,
Socio expulsado del Automóvil Club, por sus 525 veces caídos en zanjas y 856 veces en alcantarillas.
Actualmente proyecta un gran tour mundial, asociado con la "Alcatraz Escape Co de California " habiendo legalizado una filial en el Barrio de Barracas vecino al Borda.
Imaginativo sexual y eminente sexopata, autor del manual mundialmente conocido: " fúguese con su cuñada”, con un apéndice, para el caso de que ella no quiera, y como hacerlo con su concuñado en sustitución.

La segunda parte de este manual batió récords que superaron en venta a la Biblia y a Don Quijote. Su titulo es inolvidable, todos los hombres andamos después de la lectura del simple titulo, con las manos cruzadas en el bajo vientre en posición de esperando el pelotazo en los tiros libres:
Él titulo es:
"Como recuperarse del recorte y la flexibilidad sexual y volver a vivir con Loreta otra vez.””

.

martes 1 de octubre de 1996
CURRIC1.DOC
464

sábado, 19 de mayo de 2007

Félix de Azúa Blog

Félix de Azúa Blog

Nada más difícil que lo fácil

El tren para Reims tenía que salir a las once de la mañana, pero el panel anunciaba su anulación. Debíamos cambiar los billetes para tomar el siguiente, a las 12.30 horas. Gran enfado de cientos de personas que trabajan a una hora de París. El panel añadía que la anulación se debía a "movimientos sociales en la zona de Reims". Intrigado por la frasecita acudí a Información, donde, tras una escaramuza cortés, admitieron que estábamos ante una huelga salvaje encubierta. "Un aviso para Sarkozy", dijo mi informador guiñando un ojo.

El nuevo presidente ha anunciado que impondrá servicios mínimos en los sectores estratégicos, algo que existe desde hace años incluso en Italia. Los sindicatos aristocráticos, pilotos de avión, maquinistas de tren, controladores del transporte público, ya están afilando el hacha. Todos aquellos que, con el fin de mantener sus privilegios, no vacilan en utilizar a los trabajadores como rehenes en huelgas que para nada perjudican a los ricos, van a echar un pulso al nuevo presidente. A esta odiosa extorsión la llaman movimientos sociales. Fariseísmo de los portavoces. Es el ambiente de la Gran Bretaña de Margaret Thatcher.

Durante los últimos días, grupos de ultras han destrozado la plaza de la Bastilla, han quemado coches, han arrasado comercios. Una vez más, castigan con su ira a la gente desvalida, a los trabajadores. En aquellos lugares donde han desatado su vesania aparecen pintadas que dicen: "fachos", es decir, nuestro familiar "fachas".

Ellos creen aludir a los votantes de Sarkozy, pero están firmando sus actos. En efecto, los únicos fascistas son ellos, que no dudan en utilizar la violencia contra gente inocente con el único fin de expresar su narcisismo ideológico. Fachas, sin duda. El Partido Socialista los ha condenado, pero los pequeños partidos antiliberales dudan en dar su opinión. Conocemos de memoria esta liturgia de sacristanes.

Va a ser muy difícil enterrar los tópicos revolucionarios de hace medio siglo, pero solo quienes puedan abandonarlos sobrevivirán al siglo XX. Y mira que es fácil...

Artículo publicado en: El Periódico, 12 de mayo de 2007

13/05/07 | Enlace permanente | Comentarios (638)
El fin del mundo, más o menos
En obediencia al giro cósmico de la rueda de Fortuna cuyos ciclos son imposibles de medir (tantas son las generaciones humanas que los separan), las sociedades opulentas reciben el castigo a su felicidad bajo la forma de terribles catástrofes, pero sólo las opulentas son castigadas, porque las miserables viven la catástrofe todos los días, incluidos los domingos.

En ocasiones, el desastre obedece a razones comprobables. La peste negra arrasó las ciudades más ricas y sabias de Europa, en la Italia norteña, con un bacilo que llegó de oriente en las pulgas de las ratas, un emigrante clandestino escondido en las tripas de un polizonte. El pánico al castigo divino aún perduraba en una película de Elia Kazan con inmigrantes ilegales, peligros de plaga pestífera y ratas similares a sus víctimas.

Otras veces la destrucción llega por obra de un agente discreto, pero se convierte en un pánico general e induce a creer que el Juicio Final está al caer. En estos casos la plaga o el desastre es una metáfora de la culpabilidad: la culpa de ser tan ricos, tan sabios, tan avanzados, tan poderosos o tan guapos. Tal fue el caso de la tuberculosis durante el romanticismo, según el sagaz ensayo de Susan Sontag sobre la enfermedad y sus metáforas. También lo fue, al inicio de su expansión, el sida, aunque rápidamente las comunidades más afectadas supieron introducir racionalidad en el análisis y detener un terror que podía convertirse en muy peligroso.

Durante el largo dominio de la brutal burguesía del Segundo Imperio, ese periodo en el que se amasaron las primeras grandes fortunas plebeyas, gigantescas acumulaciones de capital logradas con el crimen, la estafa, el robo (aunque también la audacia e inteligencia de los burgueses), todo ello acompañado por sangrientas revoluciones y represiones que influirían decisivamente sobre Karl Marx, el castigo divino fue la sífilis y su herencia.

Como la peste en las ratas, la sífilis se ocultaba en la sangre de las prostitutas y fluía por toda actividad sexual que no fuera del gusto de la iglesia y el Estado. Difundido desde la ciencia médica, el pánico a la espiroqueta y a la sexualidad perversa fue tan intenso que duró más de cien años. Todavía en mi bachillerato (Hermanos de La Salle, Barcelona) hube de leer un pasmoso ensayo de Monseñor Thiamer Toth, obispo húngaro, que bajo el título de Juventud y pureza explicaba la lenta liquefacción de la columna vertebral en los masturbadores masculinos.

El horror a la infección degenerativa iba unido a un permanente horror corporal. La burguesía opulenta veía el cuerpo humano como un saco de miasmas, infecciones, putrefacciones y descomposiciones, humores malignos que acababan por ocupar el cerebro. Los locos furiosos, los delirantes, las histéricas, los desenfrenados, eran tenidos por pecadores en la etapa final del vicio.

Todos los escritores del ochocientos narraron el terror a la degeneración de la sociedad burguesa minada por un mal secreto e ignominioso. La sífilis, como los actuales transgénicos, producía una descomposición invisible de los genes que corrompía fatalmente la herencia. Lo cierto es que aquella sociedad era cada día más poderosa, más opulenta y que estaba haciendo del planeta entero su finca privada. No importa: la obcecación por el castigo, la perturbadora presencia de una culpabilidad difusa, imponía en los burgueses imperiales el pavor a la destrucción universal. Es decir, la de su clase social.

No hay nada más asombroso que asistir por vía de novelas o documentos de la época a las onversaciones habituales en aquellos salones. Cada cinco frases aparecía el diagnóstico médico. La medicina era la ciencia dominante y aunque su lenguaje nos parece hoy cosa de sacamuelas, en su momento fue la verdad absoluta. Cuando muere Jules Goncourt, seguramente de sífilis, el parte médico firmado por una eminencia dice que la causa ha sido una "perimeningitis encefálica difusa". Palabras divinas que se acompañan con esta descripción: "Une désagrégation du cerveau à la base du crâne, derrière la tête".

En sus reuniones, Zola, Flaubert, Maupassant, los Goncourt, Daudet, no cesan de hablar de sus enfermedades con un lenguaje aldeano: "una fiebre cerebral", "una tisis de laringe", "un enfriamiento de las meninges". Todos ellos sufren sucesivamente o al tiempo hepatitis, cólicos, gastritis, neuralgias, gripes, comezones, migrañas, rampas, sarpullidos, reumatismos, insomnios o depresiones nerviosas y lo comentan con arrobo, dando un lugar distinguido al aspecto de las deyecciones.

En uno de los mejores estudios que se han escrito jamás sobre la literatura francesa, el soberbio Le pays de la littérature, de Pierre Lepape, figura un delicioso capítulo sobre Zola en donde el autor expone con maestría la presencia majestuosa de los médicos del Segundo Imperio. El prestigio de la medicina era tan elevado y general como el que actualmente pueda tener la ecología. Zola, un decidido partidario de la ciencia y el progreso, quiso acabar de una vez con la poesía y otras pamplinas, para construir una novela científica según el método experimental de Claude Bernard, modelo mayúsculo de los médicos parisienses. El único modo de evitar la destrucción de la raza y el fin del mundo (el suyo), era, decía, exponer científicamente la causa de la decadencia. A ello dedicó los 19 volúmenes de su anatomía patológica de la Francia burguesa.

Esa ciencia literaria, sin embargo, no era sino un disfraz de la moral tradicional. La novela científica exponía la verdad de la degeneración genética francesa y por tanto era la única actividad artística moralmente respetable. El resto era histeria: "Cuando oyen sonar la música, las mujeres lloran. Hoy necesitamos la virilidad de la verdad para alcanzar la gloria futura", dice en su Carta a la juventud. Y con la arrogancia de quien nada sabe de la ciencia, pero se cree un experto, añadía: "Que los poetas sigan haciendo música mientras nosotros trabajamos". La degeneración genética producida por el frenesí sexual, el alcohol y la sífilis eran la causa científica del fin del mundo (del suyo). Poesía tenebrosa inspirada por una culpabilidad flotante. Había ganado demasiado dinero.

Cada sociedad alucina su fin-del-mundo metafórico. Ahora que nuestros cuerpos son una mercancía de lujo, ¿qué culpabilidad tortura a los opulentos, los sabios, los guapos? ¿Qué peste negra va a destruir sus privilegios? Bien podría ser una sífilis de la tierra, el llamado "cambio climático", fenómeno que afecta al planeta desde que existe y que se acelera debido a la imparable e implacable hipertecnificación. La tierra está degenerando, es una bolsa de miasmas, sus casquetes polares están podridos, su atmósfera envenenada, la infección fluye por sus aguas, pronto morirá. En esta leyenda, como en la leyenda de la tuberculosis o de la peste negra, se toma la parte por el todo. Si llegara ese fin-del-mundo sólo afectaría seriamente a una parte discreta de los habitantes del planeta. El resto seguiría como siempre malviviendo, o puede que algo mejor. Hace muchos siglos un meteorito asfixió buena parte de la vida zoológica, pero sólo a los bichos más grandes. Eso no ha impedido la invención del teléfono.

La denuncia de un cambio climático universal y catastrófico cuya causa serían "las naciones ricas" o "los gobiernos reaccionarios" y cuya víctima abarcaría a "todo el planeta" con ese añadido demagógico de "en especial los más pobres" es nuestra leyenda del castigo divino, nuestro mito del fin del mundo (opulento). Habrá víctimas del cambio climático como hubo apestados, tuberculosos y sifilíticos, pero puestos a lo peor, la hecatombe climática, si la hay, dejará con vida y buenas perspectivas a una parte bastante amplia del planeta: la que todos los días vive el fin del mundo sin sentir la menor culpabilidad.

Artículo publicado en: El País, 10 de mayo de 2007

10/05/07 | Enlace permanente | Comentarios (187)
Duelo al anochecer, triunfo al alba
Todo ha sido planificado con precisión versallesca. El estudio, a 23 grados. Los candidatos no se darán la mano en público. Las cámaras no pueden enfocar a uno cuando el otro tiene la palabra. El tiempo de intervención lo mide un cronómetro que gotea los segundos en la pantalla de la televisión. Dos testigos vigilan.

Son los dos duelistas más hábiles al sur de Cornualles. Dos profesionales con cientos de muescas en la culata de sus pistolas. Ségo ha vencido a los paquidermos del Partido Socialista y se ha impuesto en un medio turbulento y agresivo, un nido de víboras. Sarko lleva decenas de años nadando en los pantanos ministeriales y derrotando a caimanes mayores y más acorazados. Ella, mujer de huesos grandes y rasgos clásicos, la imagen de la República comunitaria, tiene mejor presencia física que él, un falso enclenque, un mandril con los colmillos como navajas.

La candidata usa una voz mo- nótona, tediosa, como si leyera la lección a los alumnos más torpes. El candidato modula, sube y baja el tono, a veces canta, es un seductor. Por fin, ella reacciona con violencia ante esa intimidad acariciante, jesuítica. Entonces él aprovecha el descuido para reprocharle dulcemente su cólera: "Un presidente de la República ha de mantener la calma, madame Royal; usted ha perdido los nervios". Ella encaja el golpe, trata de serenarse a toda prisa, lo consigue a medias. Es el momento decisivo. Al día siguiente todos los medios de comunicación hablan de la agresividad mostrada por Ségolène. Sus amigos, los de Libération, lo mencionan a su favor: "¡Ségolène tiene agallas!", aplauden. Sus enemigos la presentan como una mujer autoritaria, dogmática, de la izquierda obtusa.

Ese fue, creo yo, el disparo mortal del duelo. Los datos, las estadísticas, las disputas de cancillería apenas dejarán rastro. La imagen de Ségolène rabiosa, los ojos encendidos, acusando de inmoralidad al candidato, ¿pesará sobre los indecisos? Los indecisos son casi todos centristas de Bayrou, gente de buenos modales, educada, que odia el ruido.

Mañana lo sabremos.

(Hoy ya lo sabemos. El tiro fue mortal)

Artículo publicado en: El Periódico, 5 de mayo de 2007

07/05/07 | Enlace permanente | Comentarios (273)
Con resaca entre dos fiestas
Termina una elección y empieza la otra. Los candidatos están de nuevo en escena, repeinados y limpitos como niños salidos del baño. La carrera política es agotadora. Solo los deportistas comparten esa capacidad de sacrificio y la admirable virtud de no darse por enterados cuando hacen el ridículo.

Se habrán fijado en que todas las elecciones del ámbito europeo ya tienen resonancia en los países de la UE. De un modo paulatino, lo que suceda en Bélgica o en Holanda repercute en el resto de los europeos. Hace unos años era impensable que los ingleses vivieran pendientes de las elecciones danesas o los italianos de la política española. La Unión Europea se está realizando sin que nos percatemos. Asistimos desconcertados a una brutal concentración de empresas, pero es que en Europa dentro de poco habrá tres o cuatro firmas allí en donde todavía hay doce.

Lo pensaba a partir de una entrevista con Massimo Cacciari en Libération. El que años atrás fuera uno de los intelectuales más influyentes de la extrema izquierda europea, alcalde de Venecia más tarde, y hoy uno de los fundadores del nuevo Partido Democrático italiano, no solo está muy alerta sobre las elecciones francesas, sino que aconseja a Ségolène Royal que abandone el tradicionalismo, que cambie de estrategia y que imite al Labour británico: "Basta con ver las diferencias entre Blair y Zapatero para entender la cantidad de cosas que deben pensarse de nuevo en ese terreno", dice.

Según Cacciari, los socialistas europeos solo tienen dos caminos. Uno, el ideológico a la manera española o latinoamericana, lleva al fracaso. El otro, pragmático al modo británico, les permitirá derrotar a los conservadores. Cacciari defiende una alianza de Royal con Bayrou, algo inadmisible para los viejos caimanes del socialismo francés, tan ideológicos como retrógrados. Pero una alianza con la extrema izquierda antiliberal conduce a la derrota.

Tarde o temprano sucederá lo mismo en España. Incluso a nosotros, más latinoamericanos que europeos, nos será imposible escapar de Europa.

Artículo publicado en: El Periódico, 28 de abril de 2007

30/04/07 | Enlace permanente | Comentarios (443)
Las barbas del vecino
La aparición de un tercer candidato ha obligado a conservadores y socialistas a esforzarse más en Francia

El día amaneció espléndido para ser un 22 de abril parisino. Bien es cierto que por la mañana no superábamos los ocho grados. A mediodía, sin embargo, ya estábamos por encima de la temperatura de Barcelona. Esta primavera viene siendo excepcionalmente calurosa. Quizá como consecuencia del buen tiempo, muchos franceses cogieron el coche y el resultado fue que las primeras estimaciones de participación eran alarmantes: un exagerado aumento de votantes respecto a las elecciones del 2002 que nadie sabía explicar. Es cierto que hay tres millones de votantes nuevos, pero ¿por qué votaban todos a primera hora? A las doce del mediodía se confirmaba el dato: la participación era histórica. Algo estaba a punto de cambiar.

LA CAMPAÑA había sido muy seria, muy profesional, muy intensa. La aparición de un tercer candidato con posibilidades reales, François Bayrou, había obligado a los perpetuos dueños del negocio, socialistas y conservadores, a esforzarse por razonar y explicar sus propuestas. A trabajar más. Y a fe mía que han trabajado como esclavos. Aquí no sirve lo de anular al adversario como si fuera menor de edad. Los ciudadanos franceses llevan varios cientos de años votando y saben que las imprecaciones personales, los insultos, las descalificaciones, esconden algo turbio y manifiestan la inconsistencia e inseguridad de quienes las usan.

En Francia es inadmisible que un político diga de otro que es un facha o un totalitario o un imbécil. El insulto se vuelve en su contra de inmediato, porque no cae sobre la persona, sino sobre los votantes del insultado. Solo algunos pequeños grupos con la enfermedad infantil del comunismo siguen utilizando el vocabulario de la guerra civil. El mismo día de las elecciones, Christophe Prochasson explicaba en Le Monde, bajo el título La izquierda de la vieja escuela ha muerto, que las elecciones francesas habían prolongado hasta 1970 la guerra civil soterrada durante el régimen de Vichy. Durante 40 años, la izquierda y la derecha francesas respon- dían a esa divisoria fratricida. En la actualidad, según Prochasson, las diferencias ideológicas han desaparecido y por lo tanto la división entre izquierdas y derechas no tiene sentido: "Los valores han reemplazado a las ideas, pero la izquierda aún no se ha percatado". Acababa su intervención diciendo que posiblemente ese sería el papel histórico de Ségolène Royal: librar a los socialistas de su conformismo. Nosotros, que llevamos ya 70 años de guerra civil soterrada, quizá nunca veamos esa modernización. Seguiremos viviendo en el pasado, como siempre.

Otro aspecto curioso de la campaña es que por primera vez los notorios intelectuales apenas han tenido presencia pública. De nuevo un elemento del antiguo régimen que se acaba, quizá por el mismo motivo: el fracaso de las ideologías y la cada vez más fuerte necesidad de pragmatismo. Ciertamente, los medios han destacado el apoyo a Sarkozy de la casi totalidad de la vieja izquierda del 68. Los socialistas solo han contado con ancianos ideólogos casi todos funcionarios y con algún cantante de voz muerta. Aunque lo más chusco ha sido el apoyo que han recibido el tenebroso José Bové y sus ovejas por parte del filósofo más infantil del año, Michel Onfray. Según el joven divulgador, Bové es el candidato "libertario". Nadie sabe lo que esa palabra pueda significar porque el tal Bové no cesa de exigir fondos estatales, subvenciones, protección administrativa y otros elementos poco afines con el pensamiento anarco.

Y finalmente, a las ocho de la tarde se hizo público el resultado. Nada había cambiado. Con variantes decimales ganaba Sarko con una cifra muy alta, más del 30%, Ségo- lène venía a continuación, rozando el 26%, y Bayrou se quedaba al borde del 19%. La extrema derecha se reducía al habitual 10% de rabiosos, temerosos y resentidos. La extrema izquierda desaparecía del mapa de la mano de los verdes. Así pues, sin sorpresas: lo esperable, lo que está mandado.

Una vez pasado el susto, los invitados de los programas de las televisiones francesas, elefantes de la nomenklatura, jefazos burocráticos, reptiles de moqueta y redacción, peroraban durante horas para no decir absolutamente nada. Sobre todo ni una palabra sobre el futuro, sobre las posibles alianzas, sobre los apoyos de la segunda vuelta, el 6 de mayo. Para eso les pagan. A los electores no debe llegarles ni una sola palabra sobre asuntos tan delicados. Ahora comienzan quince días de tráfico, yo te doy esto, tú me das aquello, antes de la decisión definitiva. Empieza la política real, de la que los votantes no sabrán nunca nada.

EL PERDEDOR, Bayrou, se despedía de sus huestes (muy jóvenes y entusiasmadas, a pesar del resultado) con un discurso triunfante, luchador, enteramente distinto de los sermones de Sarkozy ("¡Gracias, franceses y francesas, etcétera!") y Ségolène ("¡Hemos de inventar una Francia nueva, etcétera!"). O bien cambiamos las reglas de juego, decía Bayrou, o bien Francia seguirá siendo la finca privada que explotan dos inmensas empresas y sus redes clientelares, los socialistas y los conservadores. Bayrou hablaba ya pensando en las legislativas, cuando es muy probable que se convierta en la pieza decisiva para la formación de gobierno. Es el único que aún puede hacer algo por su país.

Artículo publicado en: El Periódico, 24 de abril de 2007

24/04/07 | Enlace permanente | Comentarios (339)
Pan y circo redimidos
Mucha gente cree que todas las televisiones del mundo están obsesionadas con el componente genital, la basura emocional y el deporte para machos. Sin embargo, las diferencias son notables y dan fe del alma de cada sociedad. Ni en Francia, ni en Gran Bretaña, ni en Alemania se vive con histérica intensidad el chismorreo porno. Es un plato de la Italia de Berlusconi. En Inglaterra, el husmeo de las glándulas es faena de tabloides dirigidos a los hooligans y sus parejas. En Francia apenas existe.

En España, las estrellas, los herederos y las entretenidas forman el menú destinado a las mujeres. A los hombres se les echa fútbol. En vida del marxismo, a este material que engancha como una droga se le llamaba "alienante" o "enajenante" porque chiflaba al proletariado y lo dejaba lelo. Algunos marxistas muy aficionados al fútbol, como Vázquez Montalbán, nunca dejaron de protestar por el uso que el franquismo y el fascismo dieron a los deportes.

¡Cómo se equivocaban! Leo en El País que los deportes dominan de una manera abrumadora el minutaje de los telediarios democráticos: el 23% de la información de Antena 3, el 22% de la de TVE, el 30% de la de Cuatro, se dedican a tan viril ocupación, más que en tiempos de Franco. En el estudio ha intervenido la Universidad Pompeu Fabra, pero no aparecen cifras de la televisión catalana por modestia. Y es que, en la actualidad, el fútbol y el porno cordial ya no son formas de alienación fascista sino de integración cultural, así que no debe abatirnos, sino alegrarnos, que cada vez más mujeres se pinten la cara para ir al estadio y los hombres disputen en la oficina o en el tajo sobre las prestaciones del nuevo amor de la señora Obregón. Caen las barreras entre ricos y pobres, se esfuman las clases sociales, los sexos, las religiones, gracias a dos inocentes actividades: mirar por el ojo de la cerradura a las parejas y fundirse en una masa aullante. Esa es nuestra identidad cultural.

En los informativos franceses, por ejemplo, el deporte casi no existe. Solo se le conceden unos pocos segundos. ¡Si serán fachas!

Artículo publicado en: El Periódico, 21 de abril de 2007

23/04/07 | Enlace permanente | Comentarios (87)
No me esperes en Zimbabue
Ciertos amigos y sin embargo lectores míos se han amostazado porque en la columna anterior cantaba albricias por el cambio climático y el hecho de que Londres vaya a ser como Valencia o Barcelona como Túnez. Algunos de estos muy solidarios amigos escribían palabras que parten el corazón como: "¿Y los países africanos?". O bien: "¿Acaso no serán los pobres quienes más sufran?". En fin, ese tipo de enunciados que yo había oído de niño en boca de los Hermanos de la Doctrina Cristiana. ¡Quién me iba a decir que con el tiempo ese sería el discurso único de la izquierda!...

Cuando se habla de los pobres y de África hay que cargar con las consecuencias. No somos inocentes. Los pobres son pobres porque nosotros somos ricos. Pero ningún partido político está dispuesto a incluir en su programa un remedio verdadero de la pobreza: sus electores los mandarían al carajo. A menos de que sean programas populistas o fascistas y entonces tienen mucho apoyo. Como acertadamente escribió Sartre en 1969, el principal enemigo de la revolución son los partidos de izquierda y de extrema izquierda.

Lo segundo que debemos considerar es que la trágica situación de los países africanos, como la de las favelas americanas (que suman más gente), depende por completo de nuestra capacidad de gasto. Mientras todos tengamos coche, moto, calefacción, avión, tren, televisión y demás juguetitos y los usemos con la beocia creencia de que la energía es gratuita, estaremos matando gente. Cada uno de nosotros. En innumerables ocasiones el que más lloriquea porque no se "ayuda" (¿qué querrá decir ese verbo?) al tercer mundo suele pasar por alto que mata a un pobre cada vez que pone en marcha el cuatro por cuatro para ir a destruir la Cerdanya o el Cabo de Gata con los niños, la señora y el perro.

Es un gran consuelo creer que los pobres y África están fatal por culpa de Bush, Aznar y el Papa. Es una suerte que esclarecer las causas reales de la miseria sea, hoy por hoy, un asunto tabú. ¿O será pura casualidad que el mayor enemigo del cambio climático sea un posible presidente de los EEUU?

Publicado en: El Periódico, 14 de abril de 2007

16/04/07 | Enlace permanente | Comentarios (393)
Trenes muy poco conocidos
Para el camillero. Jaime Salinas

En sus dos últimas películas, Clint Eastwood da una visión asaz convincente del asalto a la isla de Iwo Jima, decisivo para el final de la campaña del Pacífico. Lo expone desde ambos lados, el americano y el japonés. Al parecer, aun cuando la crítica ha sido elogiosa, el relato no ha logrado el éxito entre el público de los EE UU. Tengo para mí que una de las causas del escaso entusiasmo popular es que el protagonista de la primera parte sea un camillero y el de la segunda un soldado nipón sin ímpetu combativo cuya vida está ligada a la del comandante de la plaza, un general excesivamente inteligente como para provocar la simpatía de las masas.

Las películas de guerra habituales, las que buscan el embeleso populista, no pueden apartarse del sentimentalismo pequeño burgués (antes, "cursilería"), como esos soldados Ryan de Spielberg o esas milicianas de Loach cuya presencia hurga con dedos codiciosos en nuestro corazón. Para el actual convencionalismo, la guerra sólo es digerible mediante una infusión simple y epidérmica, como de novela rosa ideológica. Sin embargo, Eastwood ha intentado excavar un poco más. Su primera parte, la mejor de las dos, creo yo, ve la contienda desde el punto de vista de un camillero, ese desconocido.

Precisamente el cine nos ha habituado a creer que en las guerras todo lo deciden los políticos, los oficiales y los soldados, mentira tan portentosa como creer que en las democracias todo lo deciden los votantes. El camillero de Eastwood es una pieza clave, pero oculta, del combate. Con todo conocimiento, el alto mando japonés había ordenado matar en primer lugar a los camilleros porque cada baja de ese cuerpo suponía la muerte de cientos de heridos cuya agonía en el campo de batalla desmoralizaba a los supervivientes. Un buen servicio médico era esencial en la guerra convencional, e imagino que aún lo sigue siendo. Saber que si caes con un tiro en el estómago no vas a morir como un perro, adivino que da fuerzas para seguir avanzando.

El segundo elemento oculto en la imagen sentimental de la guerra es la intendencia y el transporte. En la mayor parte de las actuales cintas bélicas, por no decir en todas, los soldados se alimentan de aire, reciben el correo de manos de los ángeles y han llegado al frente caídos de una nube. Sin embargo, era la buena organización de esos elementos lo que decidía una victoria o una derrota. En sus recuerdos sobre la Primera Guerra Mundial, el mariscal Ludendorff, una de las lumbreras del Alto Estado Mayor alemán, se lamentaba amargamente: "La victoria francesa de 1918 fue la victoria del camión francés sobre el tren alemán". Contra lo que pueda parecer, la progresiva tecnificación de los combates hasta llegar a las actuales guerras robóticas comenzó no hace tantos años.

Una escueta exposición del Museo del Ejército francés, en los Inválidos, presenta la historia de ese cuerpo casi desconocido, l'Arme du Train (cuya traducción al español será, quizás, ¿el Arma de Transportes?) y en ella se constata que apenas tiene doscientos años. Su fundación, ¡cómo no!, fue otra iniciativa napoleónica. En 1807, el emperador creó el primer Train d'equipages militaires. Hasta esa fecha los soldados comían según las contratas privadas de cada batallón, estaban a merced del placer o el negocio de los jefes, al azar de los mercaderes que se arriesgaran a seguir a los soldados o de las mujeres que les acompañaran. Apenas puede hablarse de evacuación o cuidado de los heridos tras cada batalla, porque se improvisaba. Una de las causas de las continuas victorias napoleónicas fue justamente que ningún otro ejército contaba entonces con ese servicio ejemplar, tan heroico como la infantería, capaz de auxiliar a los caídos y trasladarlos a lugar seguro.

No es casual que l'Arme du Train ganara su primera águila durante la guerra de España, en 1812. Hay que imaginar las campañas por los bosques, las sierras y los peñascales españoles, en pasos de montaña apenas transitables, con una orografíasólo comparable a la balcánica y por allí, serpenteando, las reatas de mulas y caballos cargados de alimento, munición, agua, mantas, medicinas, en fin, lo imprescindible para que las columnas avanzaran más rápidas que el enemigo. ¡Y con qué esfuerzo!

En la exposición figura una de las monturas en las que se evacuaba a los heridos: es una silla con estructura de hierro y dos estrechos asientos dotados de estribo (cacolets) que cuelgan a modo de alforjas. Pesaban 150 kilos y hay que pensar en aquellas mulillas y en su conductor cargando con la pareja de muchachos maltrechos, trotando por los estrechos pasos de Despeñaperros o de Sierra Morena, para figurarse una guerra enteramente distinta de la habitual. Por cierto que esas mulas sí aparecen en la reciente película de Rachid Bouracheb, Indigènes, en la que arremete contra el ejército francés por el racismo con que trató a sus soldados magrebíes y senegaleses.

La evolución del Train fue rapidísima. Si avistamos la Primera Guerra Mundial nos aparece un bosque de 180.000 conductores, 140.000 animales (las llamadas unidades "hipomóviles") y 97.000 vehículos (las "automóviles"). Se dice que uno de los motivos por los que la guerra quedó estancada en la espantosa carnicería de las trincheras, con millones de bajas por ambos lados y sin que el frente se moviera un centímetro durante años, fue el efecto de una movilización rapidísima y el apabullante desconcierto de los generales incapaces de hacer nada de provecho con un utensilio mil veces superior a sus capacidades.

¿Cómo puede ser tan escasa la información y casi inexistente la imagen cinematográfica o literaria de tan enorme máquina técnica y humana? Los conductores por supuesto también disparaban y tenían que entrar en lo más duro de los combates porque allí era donde recogían a los heridos para evacuarlos. Todavía en la Segunda Guerra Mundial (recuérdense las imágenes de la liberación de Italia) a los heridos se les evacuaba en mulas cuando los combates se daban a campo abierto o en ciudades intransitables por la devastación de los bombardeos.

Ciertamente, la historia de esta arma se hace menos fascinante a medida que la tecnificación va dando mayor importancia a la máquina que al tiro de sangre o a la vieja camioneta atoldada y conducida a toda velocidad por un as cubierto con casco de cuero, mientras el copiloto vacía su pistola contra un biplano que les ametralla desde el aire. En nuestros días la unidad estelar del arma se llama "vehículo de transporte logístico" y es una colosal plataforma sobre la que se trasladan unidades blindadas que no pueden llevarse por aire. Unos monstruos a cuyo lado las mulillas semejan señoritas con sombrero de velo y botines de corchete.

El camillero de Eastwood es un punto de vista novedoso en la imagen de la guerra moderna. Es cierto que no puede emocionar a las masas con la misma intensidad que el héroe romántico y sentimental de las cintas patrioteras, pero libera de la abusiva presencia del soldado valiente o cobarde, víctima o verdugo, cínico o angélico, que oculta con su rostro la presencia de un orden racional y técnico en la batalla.

Porque lo que propone la mistificación romántica, sentimental y nacionalista es hacernos creer que la guerra trae consigo una experiencia salvadora, individual, subjetiva, sin relación con la red de metros de una ciudad, el abastecimiento de los mercados, el circuito de carreteras en fin de semana, el conjunto hospitalario de una nación o la logística de la mercancía. Sin embargo, como todos sabemos, la guerra es tan sólo la política llevada a su verdad radical. Una verdad tan dura de soportar que a veces descansamos de ella durante decenios mediante esa argucia teatral y litúrgica que llamamos "tiempo de paz" y que consiste en simular que no hay bajas.

Artículo publicado en: El País, 10 de abril de 2007

10/04/07 | Enlace permanente | Comentarios (373)
Espérame en Siberia, corazón
La lucha contra el calentamiento climático, además de positivamente inútil, esconde un misoneísmo disfrazado de Amor a la Tierra. Dos recientes estudios, uno del Hadley Center británico y otro de Arpège, han diseñado un mapa de Europa al que no le falta atractivo. Añado que ambos centros son rigurosamente científicos. El francés, por ejemplo, pertenece a Météo France, el centro meteorológico gubernamental.

Según el mapa inglés, París pasaría a tener el clima de Córdoba. Ante semejante peligro, el ingeniero exclama: "Los pisos orientados al sureste serían inhabitables en verano". Es una magnífica noticia para los cordobeses que viven en pisos orientados al sureste. Ahora ya saben que no habitan. En el mapa francés, sin embargo, París queda a la altura de Burdeos, una bendición para los parisinos: tendrán menos lluvia, más sol y un vino óptimo.

Según los ingleses, Londres pasaría a gozar del clima de Lisboa. No se puede pedir más. Y según los franceses, el de la costa bretona, lo que no trae consigo mucho cambio. Algunas ciudades ganarían la gloria, como Berlín, que, dicen los franceses, pasaría a la atmósfera de Roma. O Viena, que para el Hadley Center se situaría en las temperaturas de Valencia. Sinceramente, el mapa no asusta a nadie, sino todo lo contrario. ¿Por qué entonces tanto revuelo?

La respuesta la da Stéphane Hallegatte, el ingeniero de Météo France entrevistado: porque las inversiones en climatización y adaptación del hábitat serían gigantescas. ¡Billones de euros!, dice. Pues, ¿cuál es el problema? Precisamente estas inversiones son el acicate económico que está esperando Europa. ¿O acaso no son las colosales inversiones en carreteras, represas, túneles o aclimatación los motores de la empresa privada? Lo que anuncia el cambio climático es un negocio escandaloso para las grandes compañías con ministros infiltrados en los respectivos gobiernos.

Por cierto, Barcelona pasaría a tener el clima de Túnez o Argel. Madrid, en cambio, no se mueve o como mucho se acerca a Atenas. ¡Toma agravio!

Artículo publicado en: El Periódico, 7 de abril de 2007

09/04/07 | Enlace permanente | Comentarios (81)
Banderitas para el nene y la nena
La campaña francesa está cada día más divertida. Ahora han emprendido una carrera para ver quién tiene la patria más grande. La palabra "nación" aparece en sus discursos más a menudo que en las Cortes. El candidato conservador ha prometido un Ministerio de la Identidad y la candidata socialista ha respondido exigiendo que cada ciudadano francés ponga una bandera en su hogar. El más sensato, François Bayrou, no ha entrado al trapo... y ha bajado en las encuestas.

Ante el amor furioso que estos inesperados nacionalistas muestran hacia la bandera, la identidad o la nación, y siendo así que hasta ahora el único nacionalista era Jean-Marie Le Pen, candidato de la extrema derecha, la izquierda está que trina. Todos los periódicos y las televisiones entrevistan sin pausa a lo que queda de intelecto gauchiste para que se indigne en público. Se indigna, y el público se muere de risa. De haber estudiado la filosofía política española (y haber sobrevivido), sabrían que no hay nada más izquierdista que el nacionalismo, pero como no la han estudiado, están espeluznados y fuera de sí.

De todos ellos, el que ha tenido las mejores ocurrencias ha sido Toni Negri, antiguo apóstol de la lucha armada y actual clérigo de la extrema izquierda paleolítica. Preguntado por el fenómeno nacionalista que sacude a Francia, el pensador contesta: "Es un movimiento general que procede de la última fase del pensamiento neoconservador americano". ¡Cielo santo! ¿Carod Rovira, Pernando Barrena, Xosé Beiras, serán en verdad un derivado autóctono de Bush?

No queda la cosa en tan sorprendente afirmación. Un poco más adelante añade: "(la agitación nacionalista) ss un comportamiento reaccionario por definición y vergonzoso en alguien que se dice socialista como Ségolène Royal". ¡Qué barbaridad! ¿Reaccionarios Otegui, Xirinachs o Vendrell, esas figuras heroicas de la izquierda española?

Si alguien tiene todavía un poco de amor por la izquierda europea, por favor, que le envíe a Toni Negri algún libro subvencionado por la Generalitat. A ver si se aclara.

Artículo publicado en: El Periódico, 31 de marzo de 2007

02/04/07 | Enlace permanente | Comentarios (519)
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Samba da bênção

Samba da bênção
Vinicius de Moraes / Baden Powell


Cantado

É melhor ser alegre que ser triste
Alegria é a melhor coisa que existe
É assim como a luz no coração

Mas pra fazer um samba com beleza
É preciso um bocado de tristeza
É preciso um bocado de tristeza
Senão, não se faz um samba não

Falado

Senão é como amar uma mulher só linda
E daí? Uma mulher tem que ter
Qualquer coisa além de beleza
Qualquer coisa de triste
Qualquer coisa que chora
Qualquer coisa que sente saudade
Um molejo de amor machucado
Uma beleza que vem da tristeza
De se saber mulher
Feita apenas para amar
Para sofrer pelo seu amor
E pra ser só perdão

Cantado

Fazer samba não é contar piada
E quem faz samba assim não é de nada
O bom samba é uma forma de oração
Porque o samba é a tristeza que balança
E a tristeza tem sempre uma esperança
A tristeza tem sempre uma esperança
De um dia não ser mais triste não

Ponha um pouco de amor numa cadência
E vai ver que ninguém no mundo vence
A beleza que tem um samba, não

Porque o samba nasceu lá na Bahia
E se hoje ele é branco na poesia
Se hoje ele é branco na poesia
Ele é negro demais no coração

Falado

Eu, por exemplo, o capitão do mato
Vinicius de Moraes
Poeta e diplomata
O branco mais preto do Brasil
Na linha direta de Xangô, saravá!
A bênção, Senhora
A maior ialorixá da Bahia
Terra de Caymmi e João Gilberto
A bênção, Pixinguinha
Tu que choraste na flauta
Todas as minhas mágoas de amor
A bênção, Cartola, a benção, Sinhô
A bênção, Ismael Silva
Sua bênção, Heitor dos Prazeres
A bênção, Nelson Cavaquinho
A bênção, Geraldo Pinheiro
A bênção, meu bom Cyro Monteiro
Você, sobrinho de Nonô
A bênção, Noel, sua bênção, Ary
A bênção, todos os grandes
Sambistas do Brasil
Branco, preto, mulato
Lindo como a pele macia de Oxum
A bênção, maestro Antonio Carlos Jobim
Parceiro e amigo querido
Que já viajaste tantas canções comigo
E ainda há tantas por viajar
A bênção, Carlinhos Lyra
Parceiro cem por cento
Você que une a ação ao sentimento
E ao pensamento
Feito essa gente que anda por aí
Brincando com a vida
Cuidado, companheiro!
A vida é pra valer
E não se engane não, tem uma só
Duas mesmo que é bom
Ninguém vai me dizer que tem
Sem provar muito bem provado
Com certidão passada em cartório do céu
E assinado embaixo: Deus
E com firma reconhecida!
A vida não é brincadeira, amigo
A vida é arte do encontro
Embora haja tanto desencontro pela vida
Há sempre uma mulher à sua espera
Com os olhos cheios de carinho
Ponha um pouco de amor na sua vida
Como no seu samba
A bênção, a bênção, Baden Powell
Amigo novo, parceiro novo
Que fizeste este samba comigo
A bênção, amigo
A bênção, maestro Moacir Santos
Não és um só, és tantos como
O meu Brasil de todos os santos
Inclusive meu São Sebastião
Saravá! A bênção, que eu vou partir
Eu vou ter que dizer adeus

Cantado

Ponha um pouco de amor numa cadência
E vai ver que ninguém no mundo vence
A beleza que tem um samba, não

Porque o samba nasceu lá na Bahia
E se hoje ele é branco na poesia
Se hoje ele é branco na poesia
Ele é negro demais no coração

© Tonga Editora Musical LTDA / Direto
64412350/BRMCA6300012

sábado, 12 de mayo de 2007

Autobiografia?

Apartado Postal 147
Lisboa, 13 de Enero de 1935
Mi apreciado Camarada:
Agradezco mucho su carta, la que voy a responder inmediata e integralmente. Andes de, propiamente, comenzar, quiero pedirle disculpas de escribirle en este papel de copia. Se me acabó el decente, es Domingo, y no puedo conseguir otro. Pero más vale, creo, el mal papel que la prórroga.
En primer lugar, quiero decirle que yo nunca vería «otras razones» en cualquier cosa que escribiera, discordando, a mi respecto. Soy uno de los pocos poetas portugueses que no decretaron su propia infalibilidad, ni toman ninguna crítica que se les haga, como un acto de lesa-divinidad. Más allá de eso, cualquieras que sean mis defectos mentales, es nula en mí la tendencia para la manía de la persecusión. Aparte de eso, conozco ya suficientemente su independencia mental, que, se me es permitido decirlo, mucho lo apruebo y alabo. Nunca me propuse ser Maestro o Maestro en Jefe, porque no sé enseñar, ni sé si tendría qué enseñar; Jefe, porque ni sé romper huevos. No se preocupe, pues, en cualquier ocasión, con lo que tenga que decir a mi respecto. No busco excavar en los andares nobles.
Concuerdo absolutamente consigo en que no fue feliz la estrella, que de mi mismo hice con un libro de la naturaleza del «Mensagem», Soy, de facto, un nacionalista místico, un sebastianista racional. Pero soy, aparte de eso, y hasta en contradicción con eso, muchas otras cosas. Y esas cosas por la misma naturaleza del libro, el «Mensagem» no las incluí.
Comencé por ese libro mis publicaciones por la simple razón de que fue el primer libro que conseguí, no sé porqué, tener organizado y listo. Como estaba pronto, incitáronme a que lo publicara: accedí. Ni lo hice, debo decir, con los ojos puestos en el posible premio del Secretariado, enhorabuena en eso no hubiera pecado intelectual mayor. Mi libro estaba listo en Septiembre, y yo juzgaba, hasta, que no podría concurrir al premio, pues ignoraba que el plazo para la entrega de los libros, que primitívamente fuera hasta fin de Julio, fuese alargado hasta el fin de Octubre. Como, pese a todo, a fin de Octubre ya había ejemplares listos del «Mensagem», hice entrega de los que el Secretariado exigía. El libro estaba exactamente en las condiciones (nacionalismo) de concurrir. Concurrí.
Cuando a veces pensaba en la orden de una futura publicación de obras mías, nunca un libro del género de «Mensagem» figuraba en número uno. Tituveaba entre si debía comenzar por un libro de versos grande - un libro de unas 350 páginas -, englobando las varias sub-personalidades de Fernando Pessoa él mismo, o si debería abrir con una novela policial, que todavía no conseguí completar.
Concuerdo consigo, dije, en que no fue feliz la estrella, que de mi mismo hice, con la publicación de «Mensagem». Pero concuerdo con los actos que fue la mejor estrella que hubiera podido hacer. Precisamente porque esa faceta - en cierto modo secundaria - de mi personalidad no había sido nunca suficientemente manifestada en mis colaboraciones en revistas (excepto en el caso del Mar Português, parte de este mismo libro) - precisamente por eso convine que ella apareciese, y que apareciera ahora. Coincidió, sin que yo lo planease o premeditase (soy incapaz de premeditación práctica), con uno de los momentos críticos (en el sentido original de la palabra) de la remodelación del subconsciente nacional. El que hice por si acaso y se completó por conversación, fuera exactamente tallado, con Escuadra y Compás, por el Gran Arquitecto.
(Interrumpo. No estoy ni dolido ni borracho. Estoy, pese a todo, escribiendo directamante, tan deprisa cuanto la máquina me lo permite, y voy sirviéndome de las expresiones que me ocurren, sin mirar que la literatura esté en ellas. Suponga - y hará bien en suponer, porque es verdad - que estoy simplemente hablando consigo.)
Respondo ahora directamente a sus tres preguntas: (1) plano futuro de la publicación de mis obras, (2) génesis de mis pseudónimos, y (3) ocultismo.
Hecha, en las condiciones que le indiqué, la publicación del «Mensagem», que es una manifestación unilateral, intento continuar de la siguiente manera. Estoy ahora completando una versión enteramente remodelada del Barqueiro Anarquista; esa debe estar lista en breve y cuento, desde que estuviera lista, publicarla inmediatamente. Si así hiciera, traduciría inmediatamente ese escrito para el inglés, y voy a ver si lo puedo publicar en Inglaterra. Tal cual debe quedar, tiene pobabilidades europeas. (No tome esta frase en el sentido de Premio Nóbel inherente.) Después - y ahora respondo propiamente a su pregunta, que se reporta a poesía - intento, durante el verano, reunir el tal grande volumen de los poemas pequeños de Fernando Pessoa él mismo, y ver si lo configo publicar en fin del año en que estamos. Será ese el volumen que Casais Monteiro espera, y es ese que yo mismo deseo que se haga. Ese, entonces, será todas las facetas, excepto la nacionalista, que «Mensagem» ya manifestó.
Me referí, como vió, a Fernando Pessoa solamente. No pienso nada de Caeiro, de Ricardo Reis o de Álvaro de Campos. Nada de eso podré hacer, en el sentido de publicar, excepto cuando (ver más encima) me fuera dado el Premio Nóbel. Y con todo - lo pienso con tristeza - puse en Caeiro todo mi poder de despersonalización dramática, puse en Ricardo Reis toda mi disciplina mental, vestida de la música que le es propia, puse en Álvaro de Campos toda la emoción que no doy mi a mí ni a la vida. Pensar, mi querido Casais Monteiro, que todos estos tienen que ser, en la práctica de la publicación, preteridos por Fernando Pessoa, ¡impuro y simple!
Creo que respondí a su primera pregunta.
Si fui omiso, diga en qué. Si puedo responder, responderé. Más planes no tengo, por ahora. Y, sabiendo lo que son y en que dan a mis planes, es caso para decir, ¡Gracias a Dios!
Paso ahora a responde a su pregunta sobre el génesis de mis pseudónimos. Voy a ver si consigo responderle completamente.
Comienzo por la parte psiquiátrica. El origen de mis pseudónimos es el hondo trazo de histeria que existe en mí. No sé si soy simplemente histérico, si soy, más propiamente, un hísteroneurastémico. Tiendo para esa segunda hipótesis, porque hay en mí fenómenos de apatía que la histeria, propiamente dicha, no encuadra en el registro de sus síntomas. Sea como fuere, el origen natural de mis pseudónimos está en mi tendencia orgánica y constante para la despersonalización y para la simulación. Estos fenómenos - felizmente para mí y para los otros - mentalizáronse en mí; quiero decir, no se manifestan en mi vida práctica, exterior y de contacto con otros; hacen explosión para dentro y los vivo yo a solas conmigo. Si yo fuera mujer - en la mujer los fenómenos histéricos rompen en ataques y cosas parecidas - cada poema de Álvaro de Campos (el más histericamente histérico de mí) sería una alarma para la vecindad. Pero soy hombre - y en los hombres la histéria asume principalmente aspectos mentales; asi todo, acaba en silencio y poesía...
Esto explica, tant(sic) bien que mal, el origen orgánico de mis pseudónimos. Voy ahora a hacerle la historia directa de mis pseudónimos. Comienzo por aquellos que murieran, y de algunos de los cuales ya no me acuerdo - los que yacen perdidos en el pasado remoto de mi infancia casi olvidada.
Desde niño tuve la tendencia de crear en torno a mí un mundo ficticio, de cercarme de amigos y conocidos que nunca existieron. (no sé, bien entendido, si realmente no existieron, o si soy yo que no existo. En estas cosas, como en todas, no debemos ser dogmáticos.) Desde que me conozco como siendo aquello a lo que llamo yo, me acuerdo de precisar mentalmente, en figura, movimientos, carácter e historia, varias figuras ireales que eran para mí tan visibles y mias como las cosas de aquello a lo que llamamos, por ventura abusivamente, la vida real. Esta tendencia, que me viene desde que me acuerdo de ser un yo, me ha acompañado siempre, mudando un poco el tipo de música en que me encanta, pero no alterando nunca su manera de encantar.
Recuerdo, así, lo que me parece haber sido mi primer pseudónimo, o, antes, mi primer conocido inexistente - un cierto Chevalier de Pas de mis seis años, por quien escribía cartas a mí mismo, y cuya figura, no enteramente vaga, todavía conquista aquella parte del afecto que confina con la añoranza. Me acuerdo, con menos nitidez, de otra figura, cuyo nombre ya no me acuerdo más que que era extranjero también, que era, no sé en qué, un rival de Chevalier de Pas... ¿Cosas que le suceden a todos los niños? Sin duda - o tal vez. Pero a tal punto las viví que las vivo todavía, pues las recuerdo de tal modo que es menester un esfuerzo para hacerme saber que no fueron realidades.
Esta tendencia para crear en torno de mí otro mundo, igual a este mas con otra gente, nunca me salió de la imaginación. Tuve varias fases, entre las cuales está, sucedida ya en mayoría. Se me ocurría un dicho de espíritu, absolutamente ajeno, por un motivo u otro, a quien soy, o lo que supongo que soy. Lo decía inmediatamente, espontameamente, como siendo de cierto amigo mio, cuyo nombre inventaba, cuya historia agrandaba, y cuya figura - cara, estatura, traje y gesto - inmediatamente veia delante de mí. Y así conseguí, y propagué, varios amigos y conocidos que nunca existieron, pero que todavía hoy, a cerca de treinta años de distancia, oigo, siento, veo, Repio: oigo, siento, veo... y tengo añoranzas de ellos.
(En mí comenzando a hablar - y escribir a máquina es para mí hablar -, cuestame encontrar el freno. ¡Basta de conversación incómoda para sí, Casais Monteiro! Voy a entrar en la génesis de mis pseudónimos literarios, que es, al final, lo que Ud. quiere saber. En todo caso, lo que va dicho encima le da a la historia la madre que los dio a luz.)
Ahí por 1912, salvo error (que nunca puede ser grande), me vino a la idea escribir unos poemas de índole pagana. Esbocé unas cosas en verso irregular (no en el estilo Álvaro de Campos, mas en un estilo de media regularidad), y abandoné el caso. Se me esbozara, con todo, en una penumbra mal urdida, un vago retrato de persona que estaba por hacer aquello. (Había nacido, sin que yo supiera, Ricardo Reis.)
Año y medio, o dos años después, me acordé un día de hacer una partida al Sá-Carneiro - de inventar un poeta bucólico, de especie complicada, y presentarlo, ya no recuerdo como, en cualquier especie de realidad. Llevé unos días para elaborar al poeta mas nada conseguí. Un día en que finalmente desistiría - fue el 8 de Marzo de 1914 - me acerqué desde una cómoda alta, y tomando un papel, comencé a escribir, de pie,como escribo siempre que puedo. Y escribí treinta y tantos poemas al hilo, en una especie de éxtasis cuya naturaleza no conseguiré definir. Fue el dia triufal de mi vida, y nunca podré tener otro así. Abrí con un título, O Guardador de Rebanhos. Y lo que le siguió fue la aparición de alguien en mí, a quien di desde luego el nombre de Alberto Caeiro. Discúlpeme el absurdo de la frase: apareció en mí mi maestro. Fue esa la sensación inmediata que tuve. Y tanto así que, escritos que fueran esos treinta y tantos poemas, inmediatamante agarré otro papel y escribí, al hilo, también, los seis poemas que constituyen la Chuva Oblíqua, de Fernando Pessoa. Inmediatamente y totalmente... Fue el regreso de Fernando Pessoa-Alberto Caeiro a Fernando Pessoa él solo. O, mejor, fue la reacción de Fernando Pessoa contra a su existencia como Alberto Caeiro.
Aparecido Alberto Caeiro, traté luego de descubrirle - instintiva y subconscientemente - unos discípulos. Arranqué de su falso paganismo al Ricardo Reis latente, le descubrí el nombre, y lo ajusté a sí mismo, porque a esa altura ya lo veia. Y, de repente, y en derivación opuesta a la de Ricardo Reis, me surgió impestuosamente un nuevo individuo. En un acto, y la máquina de escribir, sin interrupción ni enmienda, surgió la Ode Triunfal de Álvaro de Campos - la Oda con ese nombre y el hombre con el nombre que tiene.
Creé, entonces, una coterie inexistente. Fijé todo aquello en moldes de realidad. Gradué las influencias, conocí a las amistades, oí, dentro de mí, las discusiones y las divergencias de criterios, y en todo esto me parece que fui yo, creador de todo, el que menos estuvo ahí. Parece que todo se pasó independientemente de mí. Y parece que así todavía se pasa. Si algún día pudiera publicar la discusión estética entre Ricardo Reis y Álvaro de Campos, verá como ellos son direrentes, y como yo no soy nada en la materia.
Cuando fue la publicación de Orpheu, fue preciso, a la última hora, conseguir cualquier cosa para completar el número de páginas. Sugerí entonces al Sá-Carneiro que yo hiciera un poema «antiguo» de Álvaro de Campos - un poema de como Álvaro de Campos sería antes de haber conocido a Caeiro y haber caido bajo su influencia. Y así hice al Opiário, en que intenté dar todas las tendencias latentes de Álvaro de Campos, conforme habían de ser después reveladas, pero sin haber todavía cualquier trazo de contacto con su maestro Caeiro. Fue de los poemas que tengo escritos, el que me dio más que hacer, por el duplo poder de despersonalización que tuve que desenvolver. Pero, en fin, creo que no salió mal, y que muestra a Álvaro en pimpollo...
Creo que le expliqué el origen de mis pseudónimos. Si hay con todo cualquier punto en el que precisa de un esclarecimiento más lúcido - estoy escribiendo deprisa, y cuando escribo deprisa no soy muy lúcido -, diga que de buen grado se lo daré. Y, es verdad, un complemento verdadero e histérico: al escribir ciertos pasajes de las Notas para recordação do meu Mestre Caeiro, de Álvaro de Campos, he llorado lágrimas verdaderas. Es para que sepa con quién está lidiando, ¡mi querido Casais Monteiro!
Algunas notas más en esta materia... Yo veo delante de mí, en el espacio incoloro pero reali del sueño, las caras, los gestos de Caeiro, Ricardo Reis y Álvaro de Campos. Les construí las edades y las vidas. Ricardo Reis nación en 1887 (no me acuerdo el dia y mes, pero los tengo en algún lugar), en Porto, es médico y está en el presente en Brasil. Alberto Caeiro nació en 1889 y murió en 1915; nació en Lisboa, pero vivió casi toda su vida en el campo. No tuvo profesión ni casi educación alguna. Álvaro de Campos nació en Tavira, en el día 15 de Octubre de 1890 (a la 1:30 de la tarde, me dice Ferreira Gomes; y es verdad, pues, hecho el horóscopo para esa hora, está bien). Este, como se sabe, es ingeniero naval (por Glasgow), pero ahora está aquí en Lisboa en inactividad. Caeiro es de estatura media, y, enhorabuena realmente frágil (murió tuberculoso), no parecía tan frágil como era. Ricardo Reis es un poco, pero muy poco, más bajo, más fuerte, más seco. Álvaro de Campos es alto (1,75 m de altura, 2cm más que yo), flaco y un poco tendiente a encorvarse. Cara afeitada todos - Caeiro es rubio sin color, ojos azules; Reis de un vago moreno mate; Campos entre blanco y moreno, tipo vagamente de judío portugués, cabello, por lo tanto, liso y normalmente apartado al lado, monóculo. Caeiro, como dije, no tuvo más educación que casi ninguna - sólo instrucción primaria; se le murieron temprano el padre y la madre, y se dejó estar en casa, viviendo de unos pequeños intereses. Vivía con una tía vieja, tía abuela. Ricardo Reis, educado en un colegio de jesuitas, es, como dije, médico; vive en el Brasil desde 1919, pues se exilió espontaneamente por ser monárquico. Es, un latinista por educación ajena, y un semi-helenista por educación propia. Álvaro de Campos tuvo una educación vulgar de liceo; después fue mandado para Escocia a estudiar ingeniería, primero mecánica y después naval. En unas vacaciones hizo el viaje a Oriente de donde resultó el Opiário. Le enseñó latín un tío beirão (N.d.T: habitante de las Beiras lisboetas) que era padre.
¿Cómo escribo en nombre de esos tres?... Caeiro, por pura e inesperada inspiración, sin saber o siquiera calcular que iría a escribír. Ricardo Reis, después de una deliberación abstracta, que subitamente se concretiza en una oda. Campos, cuando siento un súbito impulso para escribir y no sé qué. (Mi semi-pseudónimo Bernardo Soares, que además en muchas cosas se parece con Álvaro de Campos, aparece siempre que estoy cansado o somnoliento, de suerte que tenga un poco suspensas las cualidades del raciocinio y de inhibición; aquella prosa es un constante divague. Es un semi-pseudónimo porque, no siendo la personalidad la mia, es, no diferente de la mía, pero una simple mutilación de ella. Soy yo menos el raciocinio y la afectividad. La prosa, salvo lo que el raciocinio da de tenue a la mía, es igual a ésta, y el portugués perfectamente igual; al paso que Caeiro escriba mal el por tugués, Campos razonablemente pero con lapsos como decir «yo propio» en vez de «yo mismo», etc., Reis mejor de lo que yo, pero con un purismo que considero exagerado. Lo difícil para mí es escribir la prosa de Reis - todavía inédita - o la de Campos. La simulación es más fácil, hasta porque es más espontánea, en verso.)
A esta altura estará Casais Monteiro pensando qué mala suerte lo hizo caer, por lectura, en medio de un manicomio. En todo el caso, lo peor de todo esto es la incoherencia con la que he escrito. Repito, pese a todo: Escribo como si estuviera hablando consigo, para que pueda escribir inmediatamente. No siendo así, pasarían meses sin conseguir yo escribir.(*)
Falta responder a su pregunta en cuanto al ocultismo. Me pregunta si creo en el ocultismo. Hecha así, la pregunta no es bien clara; comprendo pese a eso la intención y a ella respondo. Creo en la existencia de mundos superiores al nuestro y de habitantes de esos mundos, en experiencias de diversos grados de espiritualidad, subutilizandose hasta llegarse a un Ente Supremo, que presumiblemente creó este mundo. Puede ser que hayan otros Entes igualmente Supremos, que hayan creado otros universos, y que esos universos coexistan con el nuestro, interpenetradamente o no. Por estas razones, y todavía otras, la Orden Externa do Ocultismo, o sea, la Maçonaria (N.d.T: Masonería), evita (excepto la Maçonaria anglosajona) la expresión «Deus», dadas sus implicaciones teológicas y populares, y prefiere decir «Grande Arquitecto do Universo», expresión que deja en blanco el problema de si Él es creador, o simple Gobernador del mundo. Dadas estas escalas de seres, no creo en la comunicación directa con Dios, pero, según nuestra afinidad espiritual, podemos ir comunicándonos con seres cada vez más altos. Hay tres caminos para lo oculto: el camino mágico (incluyendo prácticas como las del espiritismo, intelectualmente al nivel de la brujería, que es magia también), camino ese extremadamente peligroso, en todos los sentidos; el camino místico, que no tiene propiamente peligros, pero es incierto y lento; y lo que se llama el camino alquímico, el más difícil y el más perfecto de todos, porque envuelve una transmutación de la propia personalidad que la prepara, sin grandes riesgos, antes con defencas que los otros caminos no tienen. En cuanto a la «iniciación» o no, puedo decirle sólo esto, que no sé si responde a su pregunta: no pertenezco a Ordem Iniciática (N.d.T: Iniciadora) ninguna. La cita, epígrafe a mi poema Eros e Psique, de un pedazo (tradicido, pues el Ritual es en latín), del Ritual do Terceiro Grau da Ordem Templária de Portugal, indica simplemente - lo que es hecho - que me fue permitido hojear los Rituales de los tres primeros grados de esa Orden, extinta, o en letargo desde cerca de 1888. Si no estuviera en letargo, yo no citaría el trech del Ritual, pueso no se deben citar (indicando el origen) trechos de Rituales que están en trabajo(**)
Creo así, mi querido camarada, haber respondido, todavía con ciertas incoherencias, a sus preguntas. Si hay otras que desee hacer, no dude en hacerlas. Responderé como pueda y lo mejor que pueda. Lo que podrá suceder, y eso me disculpará, desde ya, es no responder tan deprisa.
Lo abraza el camarada que mucho lo estima y admira.