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jueves, 24 de septiembre de 2009

amanece que no es poco

Amanece,
el sol, esa mancha roja en el borde del mundo,
comienza a crecer.
Vuelan algunos pájaros,
cantos, gritos y sonidos de la mañana.
La bola de fuego ya esta casi plena,.
Sus pasos humedecidos dicen que esta allí.
Regresa entonces a la casa, cruza el bosque.
En este despertar.
Sacude sus botas, y entra por el fondo,
la cocina,
toma la pava y prepara café.

Carmen de Areco son las 9:30 en el Monasterio de San Pablo.
18 de agosto de 1996
21:19
Luis NuñezÓ
ARECO01.DOC

el regreso de Bartolome



el regreso de Bartolome

Algunos de los papeles de la caja de recuerdos de Damasceno Monteiro
Fechados el 30 de diciembre de 1996, en esa fecha hacia un año de la muerte subita de Bartolome, el 29 de diciembre de 1995, en plena reunion de vecinos de Navea (Galicia), en nuestro querido ultramarinos, Dios y el Dr Peña, estaban alli, sino esta historia tal vez seria distinta a la que se escribe aquí<. Soy Bartolomé, desde que volví ando por estas montañas. Junto con Paco y Nestor, todas las mañanas cuidamos de las cabras que subimos desde Navea. Al llegar la tarde, las bajamos, Javiera, la hermana de Paco, nos da pan recién horneado y sopa calientita. Esta comida y el cansancio de toda la jornada , nos hace sentir plenos y bien, y reírnos de cualquier cosa. Estamos los cuatro rapaces, sentados en el ultramarinos de “San Miguel”, en la mesa de junto al fuego. Era en momentos así, en que yo tenia recuerdos de algunos futuros o pasados momentos. Allí se me presenta la visión de aquel hombre, que siempre creo que soy yo. Eso será mañana, ayer o quizás hace mucho tiempo no se. Mis amigos, me escuchan fascinados, la noche y el fuego de la cocina, nos envuelve en un clima de cuentos y misterios. Estamos en Galicia, donde todo puede ocurrir, donde todo puede empezar. En estas tierras y montañas gallegas, ya proclives a la leyenda y los juegos de maravillas, a mis recuerdos de cosas que vi o me contaron. Invenciones y traiciones que suele hacerme mi memoria. Recordé algo de cuando yo había sido otra persona, quizás aquel hombre, que siempre veo en alguno de mis sueños: ...allí tirado en la calle, la gente se acerca y miran los diarios que cubren mi cuerpo. Yo un espectador y lector mas de esos diarios que me tapaban. Que exitoso! como me lee la gente! Quise agarrar mi reloj pulsera. Estaba en mi muñeca saliendo por entre el suplemento de espectáculos del diario. No llegaba, no podía, no se ? era espantoso.! Como les puedo explicar.? Ya no tengo cuerpo, el que tenia, esta allí tirado, con todas mis cosas, bajo esos diarios. Esto parece para siempre, como definitivo, y final. Debo haber sido atropellado por ese colectivo rojo, el numero 33. El de la cara desencajada, que esta sentado en el cordón, debe ser el colectivero. Me acerque, y creí con alegría que me hablaba , que me había por lo menos visto , pero no , a mi nadie me ve ahora. El solo balbuceaba , está como loco. Enrique, "burócrata celestial", es el que junta antecedentes, da explicaciones, y coordina mi estadía en el nuevo mundo en el cual me encuentro sumergido. El esta a mi lado, y lo veo vestido de enfermero. Confusamente voy entendiendo mi situación: me dice, es de " transito" hasta que llegue el veredicto. Que veredicto?. Mientras se habla de mi y del colectivero Enrique me informa que se esta proyectando mi película, la que trata de mi vida. Me dicen que es demasiado larga y confusa, quizás hermética , y eso demora la decisión. Tengo la impresión que este tipo me conoce demasiado bien. El veredicto es para sacarme de esta situación "transitoria", y de meterme en otra que no entiendo muy bien. Enrique me mira y dice como haciéndose el gracioso: --La vida o la muerte. Momento hermético y extraño. Me duele mucho la cabeza. Estoy desconcertado, perdido, seguro que se han mezclado los rollos. Los tipos de las motos, los coordinadores, no han sido nunca muy confiables. En la platea la gente empieza a patear y a darle con el "pan francés". Enrique, esta nervioso. El enfermero será el dueño del cine?. Sin embargo me alienta en la espera, se han dado caso, me cuenta, que devuelven totalmente la película, para hacerla de nuevo. Puede que eso sea una buena noticia, pero me encuentro tan bien tan relajado, que salvo mi cabeza que me duele, todo lo demás esta demasiado bien. El jurado será comprensivo?. Que Jurado? Pero pienso que rodar y reandar 60 años, no se si podré, además para que , si estoy tan bien ahora. No quiero rehacer nada, todo esta bien, no recuerdo ni me interesa lo que iba a hacer, si estaba sobre el colectivo, o venia caminando. Veo una colina, que tengo la seguridad de haberla caminado alguna vez, esta detrás de Enrique, como un verde telón de alguna lejana aldea. Veo a cientos de cabras que comen celuloide y tiradas por allí latas vacías de cintas, de mi película, y pilas de mas latas en los fondos de un cementerio, al pie de la colina, junto al río. En todo ese desorden alimenticio una moto tirada en el camino , debe ser la del esperado coordinador, sus ruedas aun giran de patas para arriba.. La gente en la platea del biógrafo sigue impaciente, Enrique camina de un borde al otro del escenario. Es como si no me interesara, no me preocupa que las cabras se estén comiendo mi película, no quieren volver hacia la aldea, hasta no acabar su tarea. Son ellas el jurado? . Que querrán hacer con mi vida? Pero yo que tengo que ver en todo esto? Yo soy o fui un simple tenedor de libros, que no llegare nunca a completar el tramite de retiro por invalidez. El estado de mis cosas? Ahora poco me importa. Todo esta mejor ahora, basta de presiones. Basta de exigencias, de todos. Basta, basta, todos contra mi ! Una cabra, de color café con leche se le acerca a Enrique y le lame su oreja. Enrique pone cara de atención. El me mira, y dice: --Si Bartolomé, busca a tus amigos y lleva la película para que la vea Javiera allá abajo en el ultramarinos. Me acerco a mi cuerpo y tiendo la mano. Insisto con mi reloj. Me desespero y ahogándome, lloro, como creo hace mucho que no hacia. Me humedecen la frente, una mano toma la mía y escucho: --La saco barata Bartolomé, no se alarme, tranquilícese, fue solo el reloj, se lo arrancaron y a Ud. lo tiraron del colectivo, tranquilo, todo esta bien ahora, le hacemos una tomografia, por precaución y mañana se podrá ir a su casa. Desde la puerta, Enrique nos mira y sonríe. Donde había estado?. Si era en una aldea y la verde colina, y la moto volteada.? Junto a la moto hay tres chicos , pienso que podría uno ser yo. Me doy cuenta que todo me espera que aun todo es posible. Javiera entonces me dice: --Que es eso de una película y las latas, donde las han dejado?