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martes, 13 de mayo de 2008

EL ESCRITOR Y SU REPOSO

 
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Alone With Everybody




the flesh covers the bone
and they put a mind
in there and
sometimes a soul,
and the women break
vases against the walls
and the men drink too
much
and nobody finds the
one
but keep
looking
crawling in and out
of beds.
flesh covers
the bone and the
flesh searches
for more than
flesh.

there's no chance
at all:
we are all trapped
by a singular
fate.

nobody ever finds
the one.

the city dumps fill
the junkyards fill
the madhouses fill
the hospitals fill
the graveyards fill

nothing else
fills.



Charles Bukowski

UN ESCRITOR Y SU LUCHA

 
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Another Day


having the low down blues and going
into a restraunt to eat.
you sit at a table.
the waitress smiles at you.
she's dumpy. her ass is too big.
she radiates kindess and symphaty.
live with her 3 months and a man would no real agony.
o.k., you'll tip her 15 percent.
you order a turkey sandwich and a
beer.
the man at the table across from you
has watery blue eyes and
a head like an elephant.
at a table further down are 3 men
with very tiny heads
and long necks
like ostiches.
they talk loudly of land development.
why, you think, did I ever come
in here when I have the low-down
blues?
then the the waitress comes back eith the sandwich
and she asks you if there will be anything
else?
snd you tell her, no no, this will be
fine.
then somebody behind you laughs.
it's a cork laugh filled with sand and
broken glass.

you begin eating the sandwhich.

it's something.
it's a minor, difficult,
sensible action
like composing a popular song
to make a 14-year old
weep.
you order another beer.
jesus,look at that guy
his hands hang down almost to his knees and he's
whistling.
well, time to get out.
pivk up the bill.
tip.
go to the register.
pay.
pick up a toothpick.
go out the door.
your car is still there.
and there are 3 men with heads
and necks
like ostriches all getting into one
car.
they each have a toothpick and now
they are talking about women.
they drive away first
they drive away fast.
they're best i guess.
it's an unberably hot day.
there's a first-stage smog alert.
all the birds and plants are dead
or dying.

you start the engine.

Charles Bukowski

RAYMOND CARVER

 
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SANGRE

Éramos cinco a la mesa de juego
sin contar al croupier
y su ayudante. El hombre
de junto a mí tenía los dados
en la mano.
Se sopló los dedos, dijo:
¡Vamos, pequeños! Y se inclinó
sobre la mesa para tirar.
En ese momento, una sangre roja brotó
de su nariz, salpicando
el verde paño de fieltro. Soltó
los dados. Se echó hacia atrás pasmado.
Y luego aterrorizado cuando la sangre
corrió por su camisa abajo. ¡Dios mío!
¿qué me está pasando?
gritó. Se agarró a mi brazo.
Oí funcionar los motores de la Muerte.
Pero en aquella época yo era joven,
y estaba borracho, y quería jugar.
No tenía por qué escuchar.
Así que me largué. No me volví ni siquiera,
ni encontré esto dentro de mi cabeza, hasta hoy.


LA CAÑA DE PESCAR DEL AHOGADO

Al principio no la quería usar.
Luego pensé, no, me revelará
secretos y me dará suerte
que es lo que entonces necesitaba.
Además, me la dejó a mí
para que la usase cuando fue a bañarse aquella vez.
Inmediatamente después, conocí a dos mujeres.
Una adoraba la ópera y la otra
era una borracha que había pasado un tiempo
en la cárcel. Ligué con una
y empecé a beber y a reñir sin parar.
¡El modo en que esta mujer podía cantar y seguir bebiendo!
Fuimos directamente al fondo.















BAJO UNA LUZ MARINA CERCA DE SEQUIM, WASHINGTON

Empiezan los verdes campos. Y las altas, blancas
granjas después de los charcos de la marea,
y aquellos pequeños cangrejos
listos para echar a correr, o darse la vuelta, si
levantábamos la roca debajo de la que vivían. La languidez
de aquella carretera del campo. Hablando de París,
nuestro París. Y luego encuentras ese sitio en el libro
y me lees la vida de Anna Akhmatova allí con Modigliani.
Sentados en un banco de los jardines de Luxemburgo
bajo su enorme sombrilla negra
recitándose a Verlaine el uno al otro. Los dos
“todavía no alcanzados por el futuro”. Cuando
allá en el prado vimos
a un joven desnudo de medio cuerpo para arriba
y con los pantalones remangados,
como un antiguo remero. Nos miró sin curiosidad.
Se quedó allí observándonos indiferente.
Luego nos dio la espalda y siguió con su trabajo.
Mientras pasábamos como una hermosa guadaña negra
por aquel paisaje perfecto.



EN BUSCA DE TRABAJO

Siempre he querido trucha de montaña
de desayuno.

De repente, encuentro un sendero nuevo
a la cascada.

Empiezo a tener prisa.
Despierta,

dice mi mujer,
estás soñando.

Pero cuando intento levantarme,
la casa se ladea.

¿Quién está soñando?
Es mediodía, dice ella.

Mis zapatos nuevos esperan junto a la puerta,
relucientes.




AMENAZA

Hoy una mujer me señaló y dijo algo en hebreo.
Luego se echó el pelo atrás, tragó saliva
y desapareció. Cuando volví a casa,
tembloroso, tres carros estaban junto a la puerta con
uñas asomando entre las sacas de trigo.



DOS MUNDOS

En el aire denso
con olor a azafrán,

sensual olor a azafrán,
miro cómo desaparece el cielo limón,

un mar que cambia de azul
a negro aceituna.

Miro el relámpago que salta desde Asia como
dormido,

mi amor se agita y respira y
se vuelve a dormir,

parte de este mundo y sin embargo
parte de aquél.



En su último libro, una recopilación de poemas titulado “Un sendero nuevo a la cascada”, rinde homenaje a Chéjov, a quien incluye en la obra haciéndola parte de la misma como anteriormente ya hizo con el libro de relatos “Tres rosas amarillas”. Parecía existir cierto paralelismo entre Chéjov y Carver, quizás es muy acertado llamarle “El Chéjov americano” como hicieron algunas revistas.

También sentía una gran admiración por Antonio Machado, a quien dedicó el siguiente poema:


ONDAS DE RADIO

La lluvia ha cesado, y la luna ha salido.
No entiendo nada de las ondas de radio.
Pero creo que se transmiten mejor justo
después de llover, cuando el aire está húmedo.
En cualquier caso, ahora puedo coger Ottava, si quiero,
o Toronto. Últimamente, de noche, me sorprendo
ligeramente interesado por la política canadiense
y sus asuntos internos. Es verdad. Pero normalmente
lo que buscaba era sus emisoras con música. Me siento
aquí en la butaca y escucho, sin tener nada que hacer,
o pensar. No tengo televisor, y dejé de leer
los periódicos. De noche pongo la radio.
Cuando escapé aquí trataba de alejarme
de todo. Especialmente de la literatura.
De lo que ella entraña, y de lo que trae a rastras.
Hay en el alma un deseo de no pensar.
De estar quieto. Emparejado con éste,
un deseo de ser estricto, sí, y riguroso.
Pero el alma también es una afable hija de puta
no siempre de fiar. Y olvidé eso.
Escuché cuando dijo: Mejor cantar a lo que se ha ido
y nunca volverá que a lo que aún sigue
con nosotros y estará con nosotros mañana. O no.
Y si no, también está bien.

RAYMOND CARVER

mayo 1968 y un poquito mayo 2008

 
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PARIS: SIEMPRE TENDREMOS PARIS

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LA VEO DOBLE LA VEO
NO TE PREOCUPES ELLA TAMBIEN TE VE DOBLE
OK TODO EN ORDEN OK

En el fondo

En el fondo
ELVIRA LINDO 14/05/2008
No se crean que sólo los columnistas españoles brujuleamos por lo divino y lo humano; aquí, en los Estados, también cuecen habas. Nuestros homólogos americanos, aturdidos por la inaudita resistencia de Hillary a reconocer su derrota, se han puesto a la tarea de analizarla psicológicamente, ese tronco al que se aferra el columnista cuando no sabe explicar de manera racional los acontecimientos. Resultaría que Hillary, esa señora que a los ojos de cualquiera despliega una seguridad apabullante, sigue siendo en el fondo la estudiante feúcha, de aparato en la boca y gafas de culo de vaso que, a pesar de sus principios feministas, todavía no se puede creer que se ligara al tío más popular de su universidad; resultaría que Hillary, esa señora que no se divorció cuando tocaba porque lo que menos le ligaba a su marido era lo que más le importó a Monica Lewinsky, es en el fondo una mujer tan acomplejada que no ha sabido desembarazarse del hombre que está siendo su ruina; resultaría que Hillary, esa señora que en apariencia está luchando por desbancar a Obama para ser ella la que conteste al teléfono a quien coño sea que llama a las tres de la madrugada a la Casa Blanca, en el fondo lo que trata desde hace tiempo no es ganar, sino conseguir que Obama pierda contra McCain, que a sus años sólo resistiría una legislatura en el poder, y así ella poder saborear su gran momento y volver exultante y victoriosa, alegando que al fin la historia le da la razón; resultaría que Hillary, bajo esa piel dura como el caparazón de una tortuga, esconde una mujer a la que nadie ha querido demasiado. Ay.
Las personas nos pasamos la vida especulando sobre cómo son "en el fondo" nuestros semejantes; es un ejercicio gozoso si se hace en la intimidad, pero qué pueriles resultan estas suposiciones cuando los columnistas las ponemos por escrito.

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UN HOMBRE Y POETA DE HOY

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LA CAÑA DE PESCAR DEL AHOGADO

Al principio no la quería usar.
Luego pensé, no, me revelará
secretos y me dará suerte
que es lo que entonces necesitaba.
Además, me la dejó a mí
para que la usase cuando fue a bañarse aquella vez.
Inmediatamente después, conocí a dos mujeres.
Una adoraba la ópera y la otra
era una borracha que había pasado un tiempo
en la cárcel. Ligué con una
y empecé a beber y a reñir sin parar.
¡El modo en que esta mujer podía cantar y seguir bebiendo!
Fuimos directamente al fondo.

RAYMOND CARVER

RAYMOND CARVER

SANGRE

Éramos cinco a la mesa de juego
sin contar al croupier
y su ayudante. El hombre
de junto a mí tenía los dados
en la mano.
Se sopló los dedos, dijo:
¡Vamos, pequeños! Y se inclinó
sobre la mesa para tirar.
En ese momento, una sangre roja brotó
de su nariz, salpicando
el verde paño de fieltro. Soltó
los dados. Se echó hacia atrás pasmado.
Y luego aterrorizado cuando la sangre
corrió por su camisa abajo. ¡Dios mío!
¿qué me está pasando?
gritó. Se agarró a mi brazo.
Oí funcionar los motores de la Muerte.
Pero en aquella época yo era joven,
y estaba borracho, y quería jugar.
No tenía por qué escuchar.
Así que me largué. No me volví ni siquiera,
ni encontré esto dentro de mi cabeza, hasta hoy.

RAUL GONZALEZ TUÑON

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La calle del agujero en la media
Raúl González Tuñón

Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad
y la mujer que amo con una boina azul.
Yo conozco la música de un barracón de feria
barquitos en botellas y humo en el horizonte.
Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad.
Ni la noche tumbada sobre el ruido del bar
ni los labios sesgados sobre un viejo cantar
ni el afiche apagado del grotesco armazón
telaraña del mundo para mi corazón.
¡Ni las luces que siempre se van con otros hombres
de rodillas desnudas y de brazos tendidos!
-Tenía unos pocos sueños iguales a los sueños
que acarician de noche a los niños dormidos-.
Tenía el resplandor de una felicidad
y veía mi rostro fijado en las vidrieras
y en un lugar del mundo era un hombre feliz.
¿Conoce usted paisajes pintados en los vidrios?
¿Y muñecos de trapo con alegres bonetes?
¿Y soldaditos juntos marchando en la mañana
y carros de verduras con colores alegres?
Yo conozco una calle de una ciudad cualquiera
y mi alma tan lejana y tan cerca de mí
y riendo de la muerte y de la suerte y
feliz como una rama de viento en primavera.
El ciego está cantando. Te digo: ¡Amo la guerra!
Esto es simple querida, como el globo de luz
del hotel en que vives. Yo subo la escalera
y la música viene a mi lado, la música.
Los dos somos gitanos de una troupe vagabunda
alegres en lo alto de una calle cualquiera.
Alegres las campanas como una nueva voz.
Tú crees todavía en la revolución
y por el agujero que coses en tu media
sale el sol y se llena todo el cuarto de luz.
Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad,
una calle que nadie conoce ni transita.
Solo yo voy por ella con mi dolor desnudo
solo con el recuerdo de una mujer querida.
Está en un puerto. ¿Un puerto? Yo he conocido un puerto.
Decir, yo he conocido, es decir: Algo ha muerto.



La calle del agujero en la media (1930)

NOTICIAS ECONOMICAS

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Argentina, más aislada que nunca

Argentina, más aislada que nunca
La tercera potencia latinoamericana ha perdido peso internacional. Mantiene un sorprendente conflicto con Uruguay, se desentiende de la crisis de Bolivia, se aleja de Estados Unidos y se escribe poco con España
FERNANDO GUALDONI 13/05/2008
Argentina está sola. Su relación con Venezuela la ha alejado de Estados Unidos, un conveniente socio y aliado. A Bolivia le ha dado la espalda cuando más la necesitaba y su amistad íntima con Uruguay pasa por su peor momento. Poco a poco, Brasil le ha arrebatado todo su poder de influencia regional y con España, la madre patria, apenas si se escribe. El peor efecto a largo plazo de la crisis de 2001 para Argentina ha sido su desaparición del mundo. El país suramericano ha descuidado dos ejes clave de su política exterior: el fortalecimiento del Mercosur y las relaciones con la Unión Europea, ha perdido peso en los foros internacionales y ningún líder mundial se muere por visitarlo. En marzo, la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, ignoró sin rodeos a Argentina en una visita que hizo a Brasil y Chile.
A la falta de una estrategia en política exterior se ha unido el carácter huraño del matrimonio que lleva en el poder desde 2003. Al ex presidente Néstor Kirchner no le importaban las relaciones internacionales, llegaba el último a casi todas las cumbres donde Argentina tenía algo que decir y se iba el primero. Kirchner es un economicista obseso que no se da cuenta de que la tercera potencia latinoamericana no puede sobrevivir sola y que debe tener una posición sobre los temas que se debaten en su región y el mundo. Lo triste es que con el modelo continuista de su esposa Cristina Fernández, presidenta desde diciembre, tampoco recuperará el lugar que por historia y cultura se merece.
Argentina tuvo una clara oportunidad para hacerse un hueco entre las voces que pesan en la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de 2003 en Cancún. El país, representado entonces por Martín Redrado, fue parte del grupo que plantó cara a los Estados desarrollados en la lucha por un comercio más equitativo. Allí estaba Argentina, junto a Brasil, India, China y Suráfrica; y la prensa mundial quería saber lo que estos países pensaban. Allí estaba Redrado, junto al ministro de Exteriores brasileño Celso Amorín, la tarde en que el quinteto apoyó a los Gobiernos africanos para echar por tierra una cumbre a la que la UE y EE UU acudieron no sin cierta prepotencia. Argentina y Suráfrica no supieron aprovechar el tirón de popularidad que les dio la cita de México y se cayeron del cartel, mientras que Brasil echó mano de su maquinaria diplomática para lograr que le invitaran a los grandes foros internacionales y China e India se afianzaron como las potencias emergentes que eran. Para la cumbre de la OMC de Hong Kong de finales de 2005 ya sólo importaron las opiniones de Amorín y del ministro indio de Comercio, Humayun Khan. El titular de Exteriores argentino, Jorge Taiana, apareció en alguna de las últimas ruedas de prensa sentado en un extremo de la fila de conferenciantes muy molesto.
Durante el mandato de Néstor Kirchner, Argentina forjó una gran alianza con Venezuela que le valió para firmar contratos de suministro energético, colocar bonos de deuda pública al Estado venezolano y hasta para salvar de la quiebra a una empresa láctea. Pero como otro gran aliado de Venezuela es Irán, Kirchner no dudó en enfrascarse en una feroz batalla dialéctica y judicial con Teherán para evitar una confrontación con Washington y para aplacar la ira de la comunidad judía argentina, segura de que los iraníes han estado detrás de los atentados contra la embajada israelí en 1992 y una mutua médica judía en 1994 que costaron más de 100 vidas. Mientras Kirchner juega a quedar bien con todos, la diplomacia argentina le da la espalda a la crisis que vive Bolivia.
A pesar de que el país andino se sitúa al borde de la guerra civil, Buenos Aires desaprovecha la histórica influencia que tiene sobre La Paz y no hace nada para aliviar una situación que amenaza con desestabilizar toda la región. La política exterior argentina hacia Bolivia siempre se ha esforzado por sacar a La Paz de la órbita de Brasilia y atraerla hacia Buenos Aires. Basta recordar que el presidente Juan Perón accedió a comprar gas boliviano a principios de los setenta no por razones económicas sino estratégicas, para ayudar a Bolivia. Estos acuerdos se mantuvieron tanto durante las dictaduras de Jorge Videla y Hugo Bánzer como ya en las democracias de Raúl Alfonsín y Hernán Siles Suazo. Recientemente, la diplomacia argentina ha decidido ocuparse de la crisis boliviana. Pero ya no sola: Brasil y Colombia también participan en la mediación entre el Gobierno de Evo Morales y las provincias del Oriente, ricas en gas y petróleo.
Incapaz de hacer algo por Bolivia, el Gobierno argentino se enfrasca a tiempo completo en un sorprendente conflicto: la pugna con Uruguay por la construcción de papeleras en la margen uruguaya del río fronterizo. La evolución de este conflicto es probablemente el mejor ejemplo de la inexistencia de una estrategia de política exterior y de la propia crisis de representación interna que vive Argentina, en la que no hay ningún partido que cuestione la marcha de la diplomacia. Entre finales de los ochenta, cuando Uruguay hace pública su intención de crear una zona de reforestación para producir pasta de celulosa, y febrero de 2005, cuando el ex presidente Jorge Battle autoriza a la empresa finlandesa Botnia a construir la segunda planta de pasta de celulosa (con una inversión de 1.200 millones de dólares, la mayor recibida jamás por el país, y la perspectiva de crear cientos de miles de empleos), apenas se mentó el asunto de las papeleras. Durante todo ese tiempo, más de 15 años, ésta fue una cuestión que ambos países supieron gestionar sin mayores inconvenientes.
A partir de abril de 2005, cuando el Gobierno del socialista Tabaré Vázquez ratifica el compromiso uruguayo con las papeleras, la situación desbarra hasta convertirse en el agrio conflicto que ha llegado hasta la Corte de La Haya. Las organizaciones de ambientalistas y los gobiernos municipales y provinciales llenaron el vacío dejado por el Gobierno central en política exterior. Kirchner, por puro populismo, respaldó a estos grupos y Argentina acabó por convertir en papel mojado el tratado del río Uruguay de 1975 y el tratado de Asunción de 1991 que garantiza la libre circulación de bienes y personas en el área del Mercosur, permitiendo el bloqueo sistemático de la frontera fluvial. Era desconcertante ver al ex presidente Kirchner hacer una férrea defensa del medio ambiente cuando de las más de 200 leyes presentadas por su Ejecutivo al Congreso durante su mandato sólo un par fueron de protección ambiental. Mientras Buenos Aires buscaba la condena internacional de los planes uruguayos, Montevideo no paraba de cosechar respaldos a su proyecto.
Cristina Fernández hereda de su marido el conflicto con Uruguay y lo aviva. En su discurso de toma de posesión de diciembre de 2007 la presidenta trata a los uruguayos como hermanos y al mismo tiempo les acusa de violar los tratados internacionales. El presidente Vázquez estaba en la ceremonia, así que las declaraciones como poco pueden calificarse de inoportunas. No es de extrañar que tras este conflicto Uruguay se plantee dejar de ser miembro del Mercosur para convertirse en "asociado" y tener vía libre para negociar un acuerdo de libre comercio con Washington. Poco después de este desplante, otra crisis demostró el poco talante diplomático argentino. La presidenta ordena al Parlamento "repudiar la ofensa" de EE UU porque durante una investigación de las autoridades estadounidenses salta la sospecha de que Fernández ha recibido financiación para su campaña de parte del presidente venezolano Hugo Chávez.
En Europa poco se recuerda la existencia argentina excepto por sus excelentes futbolistas y porque visitar hoy Buenos Aires es barato gracias a la fortaleza del euro. Cristina Fernández pasó recientemente por París sin pena ni gloria. Al volver prefirió reunirse con la modelo Naomi Campbell que contarle a la prensa qué acuerdos clave para Argentina había cerrado con Francia. A España como presidenta aún no ha viajado y, aunque mantiene una relación cordial con el Gobierno de Zapatero, ni el mundo político ni el empresarial español le echan de menos. Tras su paso como candidata en julio del año pasado, a nadie le quedó claro cuál era el proyecto político, económico y social de Fernández. Casi un año después lo que entonces fueron dudas ha dado paso a la indiferencia.

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