BUENOS AIRES, 15 DE Abril de 2001
Señor
Antonio Tabucchi:
Desde hace años he leído todos sus libros, sus entrevistas periodísticas, sus ensayos, creo haber leído mucho de Ud. y sobre Ud.
Le escribo ahora para hacerle llegar toda mi admiración y respeto que su trabajo ha merecido de mí. Lamento no poder expresarme en sus idiomas.
Pero el punto principal y simple es preguntarle :
¿Quién es Damasceno Monteiro?
Durante estos últimos años desde que apareció su libro, el tema ha sido charla con mis amigos y la mayoría me dijo que lo mejor era que le preguntara a Ud. Fue pasando el tiempo y recién hoy me encuentro con él animo de poder hacerle esa simple pregunta.
En algún intercambio de mails con amigos que no conozco personalmente, alguien me contesto, hablando de los dobles, de los otros, de Pessoa y de Ud. Este señor había hecho un comentario de su libro y se me ocurrió preguntarle lo del nombre.
Me dijo que le preguntara a Ud.
Ademas cual es tu interes de saber eso. Realmente no lo se. Porque yo quiero saber que lleva a un autor a darle un nombre a un personaje.
No lo sé.
Pero luego de haberme metido no solo en la historia de su novela, sino en todo lo por Ud. ha escrito y en Fernando Pessoa, de quien hasta 1996 no sabia nada en absoluto.
Esto del nombre por Ud. elegido tengo idea de que se trata de alguno de esos juegos de espejos, nadie es lo que es, un mundo de actores. Fernando Pessoa crea un “drama de gentes” sobre lo cual Ud. Permanentemente desarrolla su obra.
Pues todo lo mío empezó en 1996 cuando por motivos de una grave crisis de salud que había tenido, la actividad de leer se convirtió en una ayuda fundamental, principalmente para pasar aquellos momentos.
Hoy he vuelto desde hace un tiempo a mis trabajos, pero he mantenido esta extraña pasión por la lectura.
Por aquel entonces leía y leía, no hacia otra cosa, eran cosas nuevas y otras que ya había leído.
En su caso Ud. era un escritor nuevo para mí.
Lo primero que leí fue un libro de cuentos llamado “Pequeños equívocos sin importancia”, me parecieron muy buenos, yo siempre hago marcas y señales en los libros de leo, incluso anoto horas y lugares donde los leo y comentarios que tienen que ver con la lectura y también conmigo en esos momentos.
Es una costumbre que aun conservo.
Pase a Sostiene Pereira, a Réquiem, los tres últimos días de Fernando Pessoa, la cabeza perdida de Damasceno Monteiro, y algún otro más.
Un día al azar abrí uno de esos libros y volví a leer “any where out of the world” y quede prisionero del clima y de algunas partes que yo había señalado anteriormente sin quizás darme cuenta de porque lo hacia.
“Dime, alma mía, pobre alma aterida, ¿qué te parecería vivir en Lisboa?. Allí debe de hacer calor, y tu té desperazarias como un lagarto. Esta ciudad esta a la orilla del agua; dicen que esta construida en mármol... Ese es un paisaje a tu gusto; un paisaje hecho de luz y de mineral, ¡y liquido para reflejarlos!”.
Ya le había dicho que había salido de un hospital, reponiéndome de una operación.
Entonces en ese mismo cuento otra frase:....
“ Esta vida es un hospital en que cada enfermo esta poseído por el deseo de cambiar de cama ............Me parece que siempre estaré bien donde no estoy, y este problema de mudanza es uno de los que discuto sin cesar con mi alma”.
Una tercera anotación en que se habla de Casablanca y alguien se pregunta que había sido de Ingrid Bergman cuando llegó a Lisboa, después del fin de la película.
Yo había visto Casablanca y desde ese momento Lisboa no era solo una ciudad, era una maravillosa palabra que significaba: salir de aquí, allí estaremos a salvo. En la vista la ciudad no es mostrada para nada, todos quieren ir, nadie la conoce.
Lisboa era lo desconocido el futuro pero en libertad o para pasar mas fácilmente hacia ella.
Sigo con el hilo de mi carta, que espero Ud. haya querido seguir leyendo.
Pues luego seguí con Réquiem y allí Ud. me ofrecía una guía como espiritual en el viaje por el interior de su personaje y de Lisboa. Que en una alucinación despierta cuando leía El libro del desasosiego de Bernardo Suares, sueña o vive entonces un recorrido por Lisboa y por su alma, sus recuerdos su saudade su morriña..
Yo estaba algo delicado de cuerpo y de alma y me agarre a esas notas que volqué en un cuaderno. Me hice del Libro de Desasosiego, me intereso porque el Bernardo Suares es contable como yo, pero evidentemente no estaba preparado por ese entonces para Pessoa. Se lo comente a mi librero y me recomendó un pequeño libro que me entusiasmo algo mas y de una u otra manera confirmo mi propósito. El libro era “Lisboa, lo que el turista debe ver” de Fernando Pessoa.
Ya tenia una guía turística y otra espiritual.
Unos honorarios pendientes de años atrás, llegaron justo en esos momentos y vía París, llegue a Lisboa por tren. Era octubre del 97. No llegue al Rossio, sí por Santa Apolonia.
Un mes en una pensión cerca del Marques de Pombal. La Redonda. Y todas las mañanas caminaba por la Avda da Libertade hasta tomar el elevador en la subida y bajada de la Gloria. Contemplaba la Ciudad desde el mirador de Alcántara y al medio día iba a la Brasileira, creo que alguna vez hable con el bronce de Pessoa.
Realmente no sabia gran cosa de él .
Lo poco que sabia lo tenia presente por sus escritos Sr. Tabucchi,.
Mi guía Michellin a los dos días de llegar me señalan la Rua Damasceno Monteiro y hacia allá voy. Tomo el subte y bajo en la estación Socorro y allí estoy. Trate de averiguar quien era realmente la persona que le daba nombre a esa calle. Vecinos, autoridades, Internet, museos, bibliotecas. En la Casa de Fernando Pessoa, varias veces en su biblioteca consulte la Grande Enciclopedia Lusitana ........amigué con una de las secretarias y pude usar su computadora y nada. Siempre nada. Tome nota, tengo varios cuadernos de todo este asunto. Un amigo me dijo que me había equivocado en consultar a las autoridades, ellas nunca saben nada. Si le escribi al Alcalde de Lisboa de aquellos dias y les envie una nota al Diario de Noticias. Nada. Los vecinos eran lo conocedores del tema. Pues yo no tuve suerte y de los que consulte nadie sabia nada. Mi amigo insistió que el único que quizás sepa sea Tabucchi. Y fui demorando este momento.
Mis vacaciones en Lisboa, fueron caminadas y caminadas por todos los lados que señalaba su Réquiem y el mío.
Sorpresivamente encuentro una estatua de Eca de Queiros, con su musa inspiradora, me dije, seguro que volteo la esquina y me encuentro con la de Damasceno Monteiro, pero no fue así las que estaban era la del Chiado y la de Fernando Pessoa, no en un buen lugar. No porque fuera sentado en un bar, sino porque el apropiado en mi opinión era el café de la arcada de Marthino, ese era un lugar Pessoa. Allí comía yo todos los días. Posiblemente ese era mi lugar allí me sentí muy bien. No sé si ese pudiese haber sido el “centro” de Pessoa pero que era el mío no tenia ninguna duda. Además no sabia bien quien era Pessoa. Tenia su versión que dado su estilo era una visión como onírica.
A mi regresos a Buenos Aires, periódicamente he ido tratando de buscar sobre Damasceno Monteiro y nada siempre daba con Ud. y su libro de la cabeza perdida..
Ninguna enciclopedia me lo registraba no existe?
Lisboa a mi regreso me pareció una ciudad llena de misterio, no solo por lo de Damasceno Monteiro. Fui leyendo todo lo que pude encontrar sobre Fernando Pessoa y sus heteronimios.
De Ud: un baúl lleno de cosas
En Lisboa me hice de Réquiem en portugués, que me he esforzado algo en leerlo. Mi origen es Gallego o sea que existen raíces como comunes y dado que lo había leído en español todo paso bien-
Una antología que hizo José Antonio Llardent que Ud prologa
La vida plural de Fernando Pessoa de Angel Crespo
Otra antología de las poesías de Pessoa y sus Asociados armada y comentada por Angel Crespo.
Vida y obra de Fernando Pessoa, historia de una generación, de Joao Gaspar Simoes.
El libro del desasosiego traducido y comentado también por Angel Crespo.
De Saramago la Historia del cerco de Lisboa y el año de la muerte de Ricardo Reís.
Ese es un año importantisimo . En ese año nací yo aquí en Buenos Aires. .
Los Lusiadas de Luis de Camoens, con quien hable también en esa plaza inclinada cercana a la Brasileira. Fue cuando me acerque a esa estatua creyendo que era por lo menos de Damasceno Monteiro.
Yo en el 97 llegue siguiendo su itinerario de Réquiem hasta “los Placeres” pero fui en tranvía y no pude comprarme ninguna remera Lacoste..
Allí se me ocurrió como eso estaba tan cercano a la ultima casa de Fernando Pessoa, que el estaría allí en ese cementerio. Pero no, me explicaron que estaba en el monasterio de Los Jeronimos. Que lo habían llevado en el 85.
Allí si estaba, junto al por aquellos tiempos mis desconocidos :
Ricardo Reis y Alvaro de Campos.
Vi también la tumba del Rey Sebastián y Vasco da Gama.
Luego durante estos años estudiando fui armando mi Lisboa un cuadro de sueños y vacíos, misterios y otras cosas que no se como llamarlos. Pero que evidentemente era casi la Lisboa que yo había visto en la película Casablanca y donde yo me hubiera ido con Ingrid dejándolo a Lazlo en Marruecos con Ricky..
O sea que hice un gran viaje, conociendo y entendiendo algunas de mis obsesiones más queridas. Bordeleire tenia razón. Mi alma aterida necesitaba un lugar como Lisboa.
Lisboa:
Siempre algo escondido.
No solo nuestro Damasceno Monteiro,
También Fernando Pessoa.
Su libro del Desasosiego recién lo publican en el 82. Eramos muchos que no estabamos preparados para Fernando Pessoa.
En 1985 sus restos salen de “Los Placeres” y son llevados a los Jeronimos donde están con tres que no están:
El Rey Sebastián
Ricardo Reís
Y Alvaro de Campos
Un juego de ser y no ser, de espejos y laberintos.
Borges pudo haber amado también a esta Ciudad, ya que con Buenos Aires solo lo unía el espanto.
Todos actores, nadie es quien parece, nadie es quien es.
Es Damasceno Monteiro un actor?
Rosa Damasceno, fue una famosa actriz de principio de siglo, era Alentejana. Un viejo Librero de la Rua Da Quemaida me contó una historia, que yo confirme en las enciclopedias, y me vendió un retrato de Rosa en no recuerdo cuanto. Lo tengo en un cuadro de mi estudio.
Porque Ud eligió este nombre, solamente porque Ud. vivió en el Barrio de la Gracia en esa Rua?
Que derecho tengo yo de saber sus motivos.
Pero Ud es alguien preparado y con profundos conocimientos de estas cosas.
Porque mi librero me dio un libro oculto de Pessoa, donde en el año 26 por algunos reis que necesitaría escribió de encargo. Porque Bordelaire por medio suyo me envían a Lisboa. Para que la tenga aquí en mi estudio esta noche mientras trato de terminar esta carta que estoy escribiendo también de un tirón, como diría Fernando Pessoa, la escribo como si estuviera hablando con Ud.
Que escondemos Señor Tabucchi?
No me mueve vanidad alguna, no pretendo ser un estudioso de todo esto. Soy un desordenado lector apasionado y mi mundo “administrativo” me ha rechazado y me refugio en este bastión que Ud. Me ha ayudado a construir.
Fernando Pessoa y Ud juegan de una manera extraña con el “otro”.
He tardado unos años en escribir sobre este nada, que se que es todo..
Por favor Sr. Tabucchi, no pierda su valioso tiempo, sigo siempre esperando su próxima novela. No se distraiga conmigo.
Si le pido que le pase esto al peor de sus estudiantes y que se divierta un poco con este lío que me he hecho con los misterios del espíritu portugués y principalmente el mío.
Ya me he presentado, ahora le doy algunos datos de filiación:
Mi nombre es Luis Bautista Nuñez
Tengo 65 años, nací en el año de la muerte de Fernando Pessoa.
Soy Contador Publico, de eso trabajo.
Me gusta leer y escondido tengo el placer y muchas veces el disgusto de escribir , pero eso es otra cosa. Es mi diversión. Participo de un taller literario , que desde mi regreso soportan mis “relatos” sobre la Lisboa que vi. A medida que pasa el tiempo aquella Lisboa es mucho más misteriosa y por supuesto hermosa. Su gente, los lisboetas una maravilla.
Vivo en el Barrio de San Telmo, cercano al centro de Buenos Aires, desde allí le estoy escribiendo, hoy es domingo y repentinamente recuerdo la carta que Fernando Pessoa le escribe a su amigo Casais Monteiro un domingo 13 de enero de 1935. Sobre lo que sentía ese domingo luego de escribir a Monteiro, su falta de cigarros y de bebida, la ciudad desolada, y sus angustias de un hombre solo un domingo por la tarde, he llevado a mi taller una pequeña historia. (va copia, perdone)
Soy divorciado, tengo dos hijos de 26 y 33 años.
Vivo solo y escribirle a Ud. me ha dado mucho placer.
Le estoy muy agradecido por los momentos que he vivido gracias a sus escritos. Ellos me han dado la oportunidad de encontrar un mundo donde estoy pasando estos años felices de mi vida.
Temo también su respuesta. Que se devele el misterio si lo hay. Tal vez un poco de misterio a esto como a tantas cosas le da a mi vida el sentido que nunca había tenido
“”para mi administración, como se dice en lenguaje comercial, le rogaría que me hiciese saber lo antes posible si ha recibido esta carta
gracias (13 DE ENERO DE 1935)
LUIS B.NUÑEZ
Lo saluda con todo respeto
Nota: le adjunto una muestra de mis juegos dominicales, que muchas veces me lleva largas noches de semana.
Ud. tampoco pudo salvarse de esto que me persigue y del gran placer que logro cuando se apodera de mí.
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