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viernes, 4 de abril de 2008

BEN MOLAR conocio a Gardel

¿Conoció a Gardel?
–Un día, mi mamá estaba mirando televisión y vio aparecer a Marquitos Zucker en la pantalla y me preguntó: “¿Lo ves a Marquitos?”. “Lo veo de tanto en tanto”, le contesté. Entonces ella me dijo: “Preguntale si se acuerda de Carlitos”. “¿Qué Carlitos?” “¿Cómo qué Carlitos? Hay uno solo, Carlitos Gardel.” Entonces me contó que cuando la mamá de Marquitos y ella eran jovencitas, llegaron a la Argentina en el mismo barco. Ahí se hicieron amigas. Entonces los domingos me llevaba a mí y a Marquitos, en ese entonces El pibe Garufa, que estaba empezando a cantar tangos, hasta la puerta de la calle Jean Jaurès 735, donde se decía que vivía Carlitos Gardel con la madre. Como en aquel entonces no había timbres en las puertas, mi mamá tomaba la aldaba y golpeaba. Y cuando aparecía Carlitos, nosotros piantábamos. Años más tarde, yo estaba parado donde me paraba todas las noches con Héctor Coire, Tono y Gogó Andreu, Marquitos Zucker y Julián Centeya, que en ese momento no era Julián Centeya sino Amleto Vergiati. En la Confitería La Real. De repente vimos aparecer a dos personajes mitológicos: César Tiempo y Carlitos Gardel. Iban cruzando la vereda hacia el teatro Smart, hoy Blanca Podestá. Ahí los estaba esperando Federico García Lorca. Se abrazaron. Nosotros desde la esquina de La Real imaginábamos todo.
¿Qué se habrán dicho?
–“Acá te presento a un amigo”, dijo César. “¡Qué amigo ni que amigo! ¡Somos como hermanos! ¡Venga un abrazo, yoyega!”, dijo Carlitos. “¡Sobre todo desde que le escuché cantar una jota!”, dijo Federico, pero eso lo inventé. Después pusieron una placa. “En el hall de este teatro se abrazaron Carlitos Gardel y Federico García Lorca.”
Raquelita: ¿Y abajo qué decía?
Ben: ¿Qué decía?
Raquelita: Con la presencia de Ben Molar.
Ben: Testigo presencial: Ben Molar. Lamentablemente esa placa de bronce de ochenta centímetros por cincuenta desapareció sin que hubiera explicaciones sobre quiénes la vendieron o la tiraron.
Raquelita: Qué vergüenza.


nota de DAMASCENO MONTEIRO

yo he visto esa placa en aquel teatro, hoy el teatro cambio de nombre, es algo asi como un politeatro, pero ya la placa no esta, Creo que esa placa fue sacada para mayor seriedad, pues las unicas cosas que pueden fingirse en un teatro son las que pasan en el escenario. Pero realmente era una placa estupenda y tanto Victor Lazlo como yo nos lo creimos, que es lo mejor que puede pasar en teatro, y llegamos a discutir que hacia alli nuestro amigo Ben Moloar, venderia chocolatinetas? no eran todas mentiras, creo que Molar puede ser nombrado el FINGIDOR DEL MES.
Pero fuera de chiste que sera hoy de la vida de Ben Molar?, debe ser un hombre de 93 o 94 años. Cuantos recuerdos, cuantos...........

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