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los viejos amigos de Casablanca
Los viejos amigos, siempre jóvenes, Ilsa, Víctor Laslo y yo,
tal vez hemos logrado el sueño del eterno retorno, habremos vencido al tiempo, la pierna me sigue jodiendo, es como si me inyectaran soda, la cintura me duele como si me hubieran clavado un tablón.
Crecemos, sufrimos, gozamos, lloramos, reímos, y tantas veces morimos, mientras andamos, hay un hecho cotidiano imperceptible, que nos arrolla, y sobrepasa y que generan nuestras sucesivas muertes: la vejez.
Tarde o temprano llegan los tiempos, si el tiempo, distracciones en nuestro imparable rodar en el camino, y se llega al ultimo rollo de la película.
Soy componente de una comparsa sin tiempo, la vida se ha detenido en esos maravillosos instantes, que se sienten gratos porque son repetidos y cotidianos.
Siempre ocurrió lo mismo.
En un orden perfecto, ya lo sabemos de antemano. Idílicos momentos de amor, de renunciamiento, sacrificio, heroísmo, la despedida y el adiós, que de repetirse se han hecho normales y eternos.
Me he distraído en fantasías que son realidades, ha llegado el tiempo, de despertar.
En la pantalla, esta todo bajo control, ocurrirá siempre la monótona, conocida rutina.
Penetra en mi cuerpo ráfagas de un cálido viento, mientras siento un gran cansancio,
¿ Dormí durante toda la película, que es toda mi vida?.
¿ Cuál ha sido el sueño y cual la realidad?
Se repite la historia, como en aquellas tardes de biógrafo.
El último rollo, ya llegan al aeropuerto.
El asunto de las cartas de transito a Lisboa, y el sacrificio incomprensible, ya conocido y repetido, pero nunca termina de convencerme, siempre espero otra cosa,
ahora también, me vuelve a doler la pierna y la espalda, tengo fija la mirada en la pantalla, bajan del auto,
primero Rick , un bastón de empuñadura plateada lo ayuda en su andar arrastrado y trabajoso, su pierna izquierda queda detrás, es como si su cuerpo la tuviera que esperar, igual que con mi pierna cuando siento, eso parecido a que me inyectan soda, el muchacho ahora encorvado y envejecido, con la barba de varios días, un impermeable arrugado y sucio, su sombrero golpea en el tirante de la puerta y cae, alguien se lo recoge, es Ilsa, Todavía reconocible, si la muchacha, que también ahora, es toda una viejecita. Ilsa y Rick ayudan a bajar a Víctor que también es otro fantasmal espectro, en este esfuerzo Rick queda apoyado, como colgado junto al auto.
Sale el prefecto francés, ya no se lo ve arrogante y cínico, sino un simple hombrecito encorvado y envejecido, lo ayuda a Víctor a enderezarse y lo para junto a Rick.
Otro auto llega, en él viene el Comandante nazi, con su abrigo de cuero, y su bizarra gorra militar, llegó antes que los Laslo se embarquen.
Mi pierna sigue jodiendo, como si me inyectaran soda, mi cintura es un tablón.
Todos somos viejas marionetas, nuestras facciones son borrosas, toman color, que pasa del negro al sepia, somos artistas de un varíete decadente, huimos de la ciudad, de escondidas y madrugada, buscamos refugiarnos del tiempo.
Los viejos fantasmas de la Munich La Rambla de la Costanera Municipal , habíamos llegado en una ruidosa bañadera colectiva que había partido desde la Plaza del Congreso.
Cómicos ambulantes, que ya no hacemos sonreír, solo herimos y lastimamos, a nosotros mismos. Tan ridículo espectáculo duele, se clava en nuestro presente haciendo crujir nuestros recuerdos, que rotos, casi enterrados, se desdibujan en la noche del aeropuerto. El motor del avión, suena incesante, diriase que ruge.
Todo se ve muy extraño, como si yo estuviera también en la escena.
Si soy uno más.
Siento frío, en el cielo una gran luna, rodeada de estrellas. Un olor a mar me hace sentir profundamente bien. ¿Sueño o que?., Se oye la Marsellesa , Renault marcha por la pista, otra vez joven y arrogante, a su lado va una figura que simula una sombra, que sorpresivamente no es otro que Víctor, el también recuperó su lozanía, Pienso que esto ha de ser el comienzo de una hermosa amistad, le dice al francés mientras el avión sobrevuela el aeropuerto, ya va rumbo a Lisboa. Los espera otra sombra al final de un hangar, se les une, ellos llegan y pregunta: “¿ Comandante, podrá abrir el Bar de Rick? , No veo el problema, Todo el mundo, va a Rick's ", Uds. tienen la suerte que el bar está siempre abierto, Yo he venido a Casablanca por sus aguas, ¿Qué aguas?, Sí esto esta en medio de un desierto". Siempre mal informado, me he dejado llevar siempre por las mujeres, pero ahora soy libre, y parece que ella en su viaje a Lisboa también, Vamos por los tragos entonces muchachos. Nuevamente encorvados y arrastrando sus pies, cruzan la pista. Todos ríen y comentan como subieron al avión el cuerpo del herido en la pierna, cubierto con el sucio impermeable. Laslo al sentar al herido, cubierto con el piloto, junto a Ilsa, le entregó las cartas de tránsito nominadas para "Mr. and Mrs. Víctor Laslo", y tocándole la mejilla suavemente con un dedo, le dice Here's looking at you, kid. Yo no podré ir contigo, ni verte nuevamente, te pido que no me preguntes porque. Solamente cree que te amo. Ve, querida y que Dios te bendiga.¿Temo sonreír, apenas una mueca, todo esto es un sueño desconcertante, o es real?. ¿Quien fue el que me dio el disparo en la pierna, fue el nazi o Lazlo. ?,¿ O tal vez el cínico Renault?.En fin..., sí, el fin de un nuevo principio. Ilsa ahora libre, viaja a Lisboa.Estoy ante aquella situación inesperada, que fue un nuevo empezar. Todo había sido confuso. Sigue la película, ahora en el bar de Rick, ¡Ud. es un extravagante! … Dejar ir a una mujer de clase como esta. El Comandante nazi, Renault y Laslo, beben y ríen rodeando al negro Sam que toca de vuelta la bendita canción.THE END Apago el vídeo y miro la familiar foto donde estoy con ella, atrás se ve la torre Eiffel. ¿Que será de nosotros?". Nosotros siempre tendremos París, donde habré puesto mi bastón con empuñadura plateada, mañana lo he de necesitar, Here’s looking at you, kid. Ilsa, junto a mí en el sillón, ya esta dormida desde la escena en que matan a Peter Lorre, mañana iremos a la Isla de San Luis, el Sena es muy bonito allí, mi pierna sigue jodiendo, el asunto de la soda nuevamente, mi cintura es un tablón, si, pero París, no es todo lo que tenemos.
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