los libros o textos enunciados existen en el acto de concebirlos, en el momento que precede a la creación.Poco importa que ese momento no llegue nunca, pertenecen ahora a la bibloteca de mi memoria. DAMASCENO MONTEIRO
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sábado, 24 de marzo de 2007
ONETTI Y SUS LUGARES
Los lugares
–Usted puede ir a Santa María cuando quiera. Y sin que nada le cueste, sin viaja siquiera. Escuche: ... Brausen. Se estiró como para dormir la siesta y estuvo inventando Santa María y todas las historías. Está claro.
–Pero yo estuve allí. También usted.
–Está escrito, nada más. Pruebas no hay. Así que le repito: haga lo mismo. Tírese en la cama, invente usted también. Fabríquese la Santa María que más le guste, mienta, sueñe personas y cosas, sucedios.
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–Usted puede ir a Santa María cuando quiera. Y sin que nada le cueste, sin viaja siquiera. Escuche: ... Brausen. Se estiró como para dormir la siesta y estuvo inventando Santa María y todas las historías. Está claro.
–Pero yo estuve allí. También usted.
–Está escrito, nada más. Pruebas no hay. Así que le repito: haga lo mismo. Tírese en la cama, invente usted también. Fabríquese la Santa María que más le guste, mienta, sueñe personas y cosas, sucedios.
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ONETTI Y SUS FOTOGRAFIAS
Las fotografías
Mi imagen y yo
En algún papel leí, hace años, que el infierno estaba minuciosamente conformado por los ojos ocupados en mirarnos. La frase, entonces, no era de Borges ni de Sábato ni de Sartre ni mía. [...]
En cuanto a mí, hace años que aprendí el arte de afeitarme al tacto, para evitar la opinión del espejo, para acudir al trabajo sin el peso de otra depresión. Es que mi imagen – ustedes me lo muestran – avanza, desde hace tiempo, separada de mí.Mientras yo permanezco adolescente, calmo, interesado en lo que importa, bondadoso y humilde por indiferencia y por la asombrosa seguridad de que no hay respuestas, ella, mi cara, ha envejecido, se ha puesto amarga y tal vez esté contando o invente historias que no son mías sino de ella.
(Juan Carlos Onetti en Sara Facio, Alicia D'Amico: Retratos y Autoretratos. Ediciones de Crisis, Buenos Aires 1973)
Mi imagen y yo
En algún papel leí, hace años, que el infierno estaba minuciosamente conformado por los ojos ocupados en mirarnos. La frase, entonces, no era de Borges ni de Sábato ni de Sartre ni mía. [...]
En cuanto a mí, hace años que aprendí el arte de afeitarme al tacto, para evitar la opinión del espejo, para acudir al trabajo sin el peso de otra depresión. Es que mi imagen – ustedes me lo muestran – avanza, desde hace tiempo, separada de mí.Mientras yo permanezco adolescente, calmo, interesado en lo que importa, bondadoso y humilde por indiferencia y por la asombrosa seguridad de que no hay respuestas, ella, mi cara, ha envejecido, se ha puesto amarga y tal vez esté contando o invente historias que no son mías sino de ella.
(Juan Carlos Onetti en Sara Facio, Alicia D'Amico: Retratos y Autoretratos. Ediciones de Crisis, Buenos Aires 1973)
Padrino oculto e inquitante de la literatura latinoamericana.
Onetti. Juan Carlos Onetti.
Onetti. Juan Carlos Onetti. Padrino oculto e inquietante de la literatura latinoamericana
Publicado en Onetti. Juan Carlos Onetti. (http://www.onetti.net)
La biografía breve
Un grupo no organizado de gente desconocida y nada influyente sostiene que la mayor fatalidad de Juan Carlos Onetti era su nacionalidad. Si no hubiera nacido en tierra incógnita sino en un país con el poder económico y el peso político necesarios para exportar con éxito la cultura propia, no hubiera fallecido casi incógnito. Si no hubiera nacido en Montevideo, sino – por ejemplo – en Buenos Aires, hoy en día la super-estrella de la literatura latinoamericana no se llamaría Jorge Luis Borges, sino Juan Carlos Onetti.
Es fácil imaginar que había preferido esta carrera: Agent provocateur, con y sin nombres fingidos, siempre atento de preservarse de publicidad, infestado de leyendas como otros de hongos; su influencia ni ancha ni extensa, pero profunda; indiferente frente al barullo de los adeptos no llamados, recompensado con un silencio que recién la estupidez tipo general hace estallar; en consecuencia la agitación internaconal, el exilio, y finalmente la gloria, breve y sin compromisos; un mito ya en vida, un sobreviviente en el grupo clandestino de los no muertos del cerebro, en el mundo creado por él.
Aquellos que por profesión mejor lo saben comprueban la importancia de la obra onettiana: casi todos los escritores latinoamericanos que triunfaron en el siglo XX se refieren a Onetti, confirman su influencia.
José María Arguedas escribe en El zorro de arriba y el zorro de abajo: "Onetti tiembla en cada palabra, armoniosamente; yo quería llegar a Montevideo – estoy en Santiago – entre otras cosas para saludarlo, para tomarle la mano con que escribe. Así es."
Según Augusto Roa Bastos Onetti es "el clásico por antonomasia de las letras hispanoamericanas contemporáneas."
Carlos Fuentes dice en La nueva novela latinoamericana: "Las novelas y cuentos de Onetti son las piedras de fundación de nuestra modernidad." Y agrega en otra ocasión: "A todos su descendientes nos dio una lección de inteligencia narrativa, de construcción sabia, de inmenso amor a la imaginación literaria."
De forma semejante se expresan Juan Rulfo y Gabriel García Márquez. Octavio Paz escribe con motivo del Premio Cervantes otorgado a Onetti: "Se decía que América Latina era un continente rico en materias primas, generales y caudillos; hoy podemos decir que también es rico en poetas y novelistas."
Julio Cortázar llama a Onetti simplemente "el más grande novelista latinamericano".
En muchos diccionarios no figura su nombre. Temerosa o respetuosamente se le huye en las universidades y los congresos. Sus libros se editan, se traducen, pero no se encuentran en las librerías. Al preguntar por el autor hay que deletrear muy a menudo: "Con doble t".
La traducción completa de nuestra biografía breve está siendo retrabajada. Mientras tanto remitimos a la cronología de Pablo Rocca.
Fuentehttp://www.onetti.net/es/orientaciones/biografia
Onetti. Juan Carlos Onetti. Padrino oculto e inquietante de la literatura latinoamericana
Publicado en Onetti. Juan Carlos Onetti. (http://www.onetti.net)
La biografía breve
Un grupo no organizado de gente desconocida y nada influyente sostiene que la mayor fatalidad de Juan Carlos Onetti era su nacionalidad. Si no hubiera nacido en tierra incógnita sino en un país con el poder económico y el peso político necesarios para exportar con éxito la cultura propia, no hubiera fallecido casi incógnito. Si no hubiera nacido en Montevideo, sino – por ejemplo – en Buenos Aires, hoy en día la super-estrella de la literatura latinoamericana no se llamaría Jorge Luis Borges, sino Juan Carlos Onetti.
Es fácil imaginar que había preferido esta carrera: Agent provocateur, con y sin nombres fingidos, siempre atento de preservarse de publicidad, infestado de leyendas como otros de hongos; su influencia ni ancha ni extensa, pero profunda; indiferente frente al barullo de los adeptos no llamados, recompensado con un silencio que recién la estupidez tipo general hace estallar; en consecuencia la agitación internaconal, el exilio, y finalmente la gloria, breve y sin compromisos; un mito ya en vida, un sobreviviente en el grupo clandestino de los no muertos del cerebro, en el mundo creado por él.
Aquellos que por profesión mejor lo saben comprueban la importancia de la obra onettiana: casi todos los escritores latinoamericanos que triunfaron en el siglo XX se refieren a Onetti, confirman su influencia.
José María Arguedas escribe en El zorro de arriba y el zorro de abajo: "Onetti tiembla en cada palabra, armoniosamente; yo quería llegar a Montevideo – estoy en Santiago – entre otras cosas para saludarlo, para tomarle la mano con que escribe. Así es."
Según Augusto Roa Bastos Onetti es "el clásico por antonomasia de las letras hispanoamericanas contemporáneas."
Carlos Fuentes dice en La nueva novela latinoamericana: "Las novelas y cuentos de Onetti son las piedras de fundación de nuestra modernidad." Y agrega en otra ocasión: "A todos su descendientes nos dio una lección de inteligencia narrativa, de construcción sabia, de inmenso amor a la imaginación literaria."
De forma semejante se expresan Juan Rulfo y Gabriel García Márquez. Octavio Paz escribe con motivo del Premio Cervantes otorgado a Onetti: "Se decía que América Latina era un continente rico en materias primas, generales y caudillos; hoy podemos decir que también es rico en poetas y novelistas."
Julio Cortázar llama a Onetti simplemente "el más grande novelista latinamericano".
En muchos diccionarios no figura su nombre. Temerosa o respetuosamente se le huye en las universidades y los congresos. Sus libros se editan, se traducen, pero no se encuentran en las librerías. Al preguntar por el autor hay que deletrear muy a menudo: "Con doble t".
La traducción completa de nuestra biografía breve está siendo retrabajada. Mientras tanto remitimos a la cronología de Pablo Rocca.
Fuentehttp://www.onetti.net/es/orientaciones/biografia
JUAN CARLOS ONETTI
“Detrás de un uruguayo no hay nada:
ni un oriental, ni dos orientales, ni treinta y tres orientales.”
“Detrás de un uruguayo no hay nada:
ni un oriental, ni dos orientales, ni treinta y tres orientales.”
ni un oriental, ni dos orientales, ni treinta y tres orientales.”
“Detrás de un uruguayo no hay nada:
ni un oriental, ni dos orientales, ni treinta y tres orientales.”
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